Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
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jueves, 30 de diciembre de 2010

Preparando la presentación de “El círculo alquímico”, de Paco Gómez

Cada vez queda menos para realizar la ilusión de presentar mi novela y tenerla entre mis manos. Es como un sueño. Lo cierto es que sólo aspiro a eso, a verla y a ojearla. Lo que venga después, si es que viene, será como un regalo. He asistido a muchas presentaciones a lo largo de mi vida. Pero asistir a la primera mía, impone, a pesar de que creo que estoy logrando no darle importancia. Porque pienso que es la mejor forma de afrontar el reto.

Como ya os he dicho, me acompañarán en la presentación mi amigo el escritor Pedro de Paz y mi prologuista, la poeta algecireña Virtudes Reza, junto a mi editor de la Editorial Ledoria, Jesús Muñoz. No tengo palabras para agradecerles que ese sábado estén allí conmigo apoyándome y acompañándome.

El otro día quedé con Pedro y Virtudes en el Paraíso del jamón, en la calle San Bernardo, para preparar un poco la presentación, en teoría. Digo en teoría, porque al final sólo fue una reunión de tres amigos que compartieron unos vinos y jamón. Por supuesto que hablamos de la novela y del día de la presentación, pero la mayoría del tiempo estuvimos riéndonos y contándonos anécdotas.

Lo cierto es que admiro a Virtudes, porque considero que es la mejor poeta de todos cuantos he leído y escuchado y, además, me ha hecho un prólogo impagable. Qué voy a decir de Pedro de Paz. Todavía estoy sorprendido de que haya decidido otorgarme su amistad. Él lleva ya tres novelas publicadas escritas de una forma magistral. Le admiro como escritor, pero es mejor persona, y eso es muy difícil de conseguir. Recientemente ha ganado el prestigioso premio Luis Berenguer de narrativa, por lo que sus lectores tendremos la oportunidad de deleitarnos con la novela ganadora a finales del año que entra.

Desde aquí quiero darles las gracias a los dos por su interés, su compañerismo y su amistad, esto último lo más importante para mí. Y quiero que sepan que estoy encantado de que el 15 de enero estén conmigo en Estudio en escarlata (me hace mucha ilusión presentar allí; gracias también a los libreros) apoyándome y acompañándome.

También quiero agradeceros a todos vosotros, lectores infatigables de este modesto blog, vuestra fidelidad. Será un placer saludar personalmente a todos los que podáis asistir a mi presentación. Feliz año a todos y mis mejores deseos.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Cuento de Navidad: EL REGRESO DE PEDRO, de Virtudes Reza

Era un fin de semana extraño. El viento rugía fiero como el león en la estepa africana. El sol no mostró ni un solo rayo de luz y de calor, dejando el protagonismo a las nubes que copaban todo el cielo que mis ojos eran capaces de percibir.
Las gotas de agua envueltas de niebla, envolvían ahora mi cuerpo y mis ojos se empañaban de lágrimas forzadas por el frío. Mi caminar era indeciso y sin equilibrio. Luchaba con el viento como luchaba con mi existencia.
-Es curioso cómo cambia el tiempo -murmuré pensando en voz alta-. Ayer hacía un día templado y hoy un frío punzante -pensé mientras frotaba mis brazos al descubierto.
Seguí caminando un buen rato. No podía coger un taxi porque no tenía ni siquiera para la bajada de la bandera. Mi objetivo era llegar a casa lo más rápido que mis pies podían deslizarse por la acera mojada y a ser posible sin resbalar. Deseaba estar con la estufa de gas junto al sillón orejero que metódicamente acariciaba mis sueños de siesta. Ansiaba sentarme y divisar a la gente por el ventanal de mi salón. Sentirme abrigado por el calor del hogar mientras el resto de la humanidad corre de arriba para abajo perdida por el estrés de la ciudad y del trabajo. Me siento privilegiado de ser escritor y poder trabajar desde casa.
Qué cabeza la mía, no entiendo cómo he podido salir con una camiseta de manga corta. Qué despistado soy. Cualquiera que me vea podría pensar perfectamente que qué raros son los escritores. Hasta yo lo pienso.
A medida que avanzaba hacia mi apartamento, notaba como un aire enrarecido se cortaba a mi paso ligero. Primero una pareja me siguió con su mirada, a lo cual respondí con cierta timidez.
Sin mucho intervalo de tiempo, una señora mayor me miró con cierto descaro, acentuando sus arrugas del tiempo aún más en el entrecejo.
No di importancia al encuentro con la anciana y achaqué su indiscreción a la falta de visión por cataratas, y no precisamente por las del Niágara.
Continué mi camino sin más ideas en mi cabeza. Pensaba en ponerme cómodo y beber una taza bien caliente de cacao.
-¡Me encanta el cacao! –me dije con los labios entrelazados por los tiritones.
Tengo un amigo que es cura en Chuao y tiene el buen gusto de enviarme de vez en cuando cacao venezolano a través de valija eclesiástica. Me relamía el paladar succionando el exceso de saliva que mi fijación por el cacao producía.
Por fin llegué al portal de mi apartamento. El portal estaba abierto, me colé como una serpiente huidiza y , sin esperar el ascensor, me apresuré a subir los escalones de dos en dos para luego precipitar la distancia de tres en tres.
Jadeante y con el frío que había entumecido mis movimientos hasta ese momento, acerté a la primera, en sacar la llave de entre varias. Pero no podía creer lo que estaba pasando. La llave no entraba.
-¡No puede ser! -pensé con velocidad para no insistir obligando la cerradura.
Sabía que era la llave, sabía que era el portal y sabía que estaba en la puerta de mi apartamento. Realmente sentí un surrealismo del que pocas veces estuve a salvo, por lo que no me impresionó, la fuerza de la costumbre.
Deshice el camino hacía el portal en una bajada lenta. Salí hacía la calle, intentando llegar a una cabina de teléfono a la vuelta de la esquina y gastar el poco dinero metálico que tenía en los bolsillos. Al cruzar la calle me tropecé con una farola. Me golpeé el hombro izquierdo. Y al girarme me llamó la atención un cartel que había abrazado al poste con dos tiras de celofán amarillento. Me acerqué a leer el cartel y apreciar la fotografía: “Se busca desaparecido hace tres años”, leí en letras mayúsculas. Abajo una foto de un joven con un buen porte y bien afeitado.
Aquel conato de retardo no duró mucho. Pronto divisé a pocos metros la cabina y tuve suerte porque estaba libre.
-¡Mamá! Soy yo.
-¡Pedro! Hijo, ¿eres tú?
Hace dos años desde aquella llamada telefónica. Y tres años más desde que salí de casa hasta que me reencontré conmigo mismo en aquel cartel colgado en la base de la farola. Cinco años de mi nueva vida, en la que lucho por rescatar mi pasado. Llevo melena, barba y no sé mi nombre. Sólo sé que parezco un escritor y en mi DNI pone Pedro de Paz.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Presentación en Madrid

Presentación en Madrid de "El círculo alquímico":
Librería Estudio en Escarlata, C/ Guzmán El Bueno, 46
Sábado 15 de enero a las 7 de la tarde
Me acompañarán mi editor Jesús Muñoz, mi prologuista, la poeta algecireña Virtudes Reza y mi amigo el escritor Pedro de Paz.
Te esperamos.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Más noticias, de Paco Gómez

Me dicen de la editorial que mi novela “El círculo alquímico” sale de imprenta el 5 de enero, es decir, que formará ya parte de las novedades del 2011. También me dicen que la presentación en Madrid estaría bien para el 15 de enero. Esto tengo que hablarlo con la librería. Quiero hacerlo en Estudio en escarlata, que me hace mucha ilusión, porque la considero un templo de la Novela Negra y de Intriga. En cuántas presentaciones y conferencias he estado yo allí como público. Ahora me tocará dar el callo como autor, todavía no me lo creo. Por cierto que se han tirado el rollo conmigo y ya la han puesto en su web como avance editorial:http://www.estudioenescarlata.com/fichalibro.php?id=978-84-95690-73-9.

En fin, que estoy muy contento, porque además, en la presentación me acompañarán escritores amigos e ilustres. Tengo que agradecer muchas cosas a mucha gente. Y es que, a pesar de los desengaños que todos nos llevamos alguna vez con la gente, de vez en cuando descubres a personas que son generosas y buena gente.

Soy poco amigo de felicitaciones. Pero espero que todos vosotros, lectores de este blog, paséis felices fiestas.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Prólogo de "El círculo alquímico", de Paco Gómez

Mi amiga Virtudes Reza, la mejor poeta que conozco y todavía inédita de manera incomprensible, me obsequió con este impagable y magnífico prólogo para mi novela “El círculo alquímico”. La editorial lo aceptó y yo me siento orgulloso y halagado. Os lo dejo aquí en primicia.

“El Círculo Alquímico” es una fusión tanto de culturas como de géneros literarios, no susceptible, por tanto, de ser encasillado, porque aúna una diversidad que lo hace especial y que, al mismo tiempo, enriquece toda la obra.

El autor, Paco Gómez Escribano, no es un escritor al uso. Estamos ante un alquimista que huye de los convencionalismos clásicos de los escritores puristas que se ciñen a los cánones de un género determinado, hecho que no enriquece sus novelas a través de otras fuentes.

Esta novela nos descubre sencillamente un compromiso del escritor consigo mismo, escribiendo, en consecuencia, la novela que quiere leer en un momento determinado sin pensar en nada más. Sin duda, un autor innovador dentro de la arquitectura de la narrativa, que construye para sí un mundo en el que los estilos clásicos dejan de existir en la mente del lector. En esta obra se pone de relieve la importancia de la fusión, dejando para editores, críticos y libreros la clasificación de la novela dentro de un determinado estilo que ayude a publicar o a hacer una crítica o, simplemente, a ser ubicada en un determinado anaquel de una librería. Esta aleación de disciplinas narrativas hacen del escritor un género en sí mismo, con una novela difícil de clasificar. Es probable que, por necesidades del guión, esta obra sea encasillada en diferentes sitios de diferente manera: “novela negra”, “intriga histórica”, “novela esotérica”, “novela filosófica”..., quién sabe.

La novela se arma con un mosaico de personajes que viajan a través de una búsqueda del conocimiento, la libertad y la esperanza en diversas realidades paralelas que están ahí; muy pocos son los afortunados que logran sumergirse en esa espiral ascendente desde la materia al espíritu en busca de la inmortalidad, o al menos, en busca de lo diferente. El elenco de personajes principales y secundarios fotografiados en “El Círculo Alquímico” adquiere matices distintos a medida que se desarrollan las tramas. Es una lucha de gigantes que alzan la voz con personalidad propia, reclamando un lugar preferente en el paisaje narrativo. Podría decirse que los personajes se desarrollan independientemente unos de otros, pero a la vez unidos, buscando su propia versión y significado. Las figuras con nombre propio, que en principio no tenían ninguna trascendencia, alcanzan un estado determinante en el desenlace de la investigación, y al contrario: voces que en principio aparecían en un primer plano pasan a desempeñar un rol secundario. Las distintas personalidades hacen que sus evoluciones sean distintas ante la misma concatenación de sucesos. Cada uno de ellos obtiene así lo que realmente necesita, sin aditivos; un mismo hecho para todos, una sola realidad particular para cada uno. Cambiarán sus vidas, que no volverán a ser las mismas a partir de este punto de inflexión en el que ya no hay vuelta atrás.

Esta novela es en sí un código lleno de iconografía alquímica que nos hace ver y comprender que la realidad es la que nosotros mismos elegimos, consciente o inconscientemente. Nos muestra la vida como una serie de acontecimientos que empiezan a ocurrir cuando nacemos como una sucesión de hechos que se postulan practicando el principio de acción y reacción de hechos encadenados.

Paco Gómez Escribano nos presenta una exploración vital en donde lo racional y lo material dejan paso a la energía que se transforma una y otra vez para alcanzar un estado omnipotente de iluminación en la percepción del todo. Su estilo de escritura fluido, dinámico y sencillo, hace que el lector perciba la tesitura de sus palabras como algo cercano. Queda patente la normalidad de lo cotidiano en la abundancia de diálogos, escenarios geográficos y escenarios perceptivos, en un viaje universal por Toledo, Jerusalén y Egipto, completando el perímetro de un círculo alquímico en lugares que desde tiempos ancestrales han albergado a las tres culturas: cristianos, musulmanes y judíos.

El autor nos indica paso a paso que el fin es tan importante como el camino recorrido y nos da una visión pragmática de la transformación del ser humano, utilizando para ello una amalgama de esoterismo, amor, arte, historia y geografía; todo ello combinado con la maestría del dominio de distintos géneros literarios.

“El Círculo Alquímico” representa el ciclo de la vida en el que todos andamos enredados para conseguir un fin. Es un viaje cíclico en el que principio y final están unidos. Es la consecución de la inmortalidad a través de la continuidad del propio pensamiento en la que el autor apuesta por la concepción cíclica de la existencia en contraposición con la idea lineal de la misma.

Prepárense para un viaje terrenal y espiritual en el que usted, lector, se convertirá en un personaje más. Tras la lectura de esta novela, nada volverá a ser igual.

Virtudes Reza, poeta algecireña con varios galardones literarios y participante en numerosas antologías de Poesía. Noviembre de 2010


sábado, 18 de diciembre de 2010

Cinco novelas, de Paco Gómez

Hace unos días recibí un reto en las páginas del blog Editorial C&M, de mi buen amigo Carlos. Me pedía mojarme y que pusiera en mi blog las cinco novelas que más me han impactado. Vaya por delante que el reto es imposible. Hay muchas más novelas que me han impresionado, no solo cinco. Me es imposible cuantificar el número de novelas que me he leído en mi vida. No obstante, voy a poner aquí el nombre de cinco novelas con sus respectivos autores. No esperéis que me ciña a obras maestras oficiales ni nada por el estilo. Generalmente no estoy de acuerdo con los cánones. Ni siquiera he leído lo suficiente a los clásicos, porque no me gustan, me aburren. Ni tampoco suelen gustarme los escritores ni las novelas “oficiales”. Si me tenéis que dar caña, me la dais, porque seguro que estas novelas a muchos de vosotros no os dirán nada. Decir, además, que soy bastante amigo de la Literatura actual, la de mi tiempo. Y añadir, que los españoles no tienen nada que envidiarle a los guiris. En este país hay mucho más talento del que, a priori, parece. Allá voy:

Las enseñanzas de don Juan, de Carlos Castaneda

Porque me hizo soñar y sumergirme en otra realidad. Realmente habré leído toda la obra de Castaneda más de diez veces, y me quedo corto. Hablo de sus novelas, y no del escritor. Poco me importa que fuera o dejara de ser un farsante. Las sensaciones al leer sus libros fueron para mí inigualables.

El tercer ojo, de Lobsang Rampa

Porque yo era un adolescente y Rampa me enseñó otro mundo distinto al nuestro. Un mundo de espiritualidad, disciplina y esfuerzo. Digo lo mismo que antes: probablemente el tipo fuera un farsante. A mí plin.

Muñecas tras el cristal, de Pedro de Paz

Porque es una novela perfectamente armada y creíble. Porque te lleva hasta el final en AVE. Porque terminé de leerla en una cafetería de mi barrio y me eché a llorar poniendo en peligro mi propia reputación. Porque el autor es uno de los mejores escritores que tenemos y nos va a dar muchas alegrías: seréis testigos.

Niños de tiza, de David Torres

Porque radiografía los ochenta en el madrileño barrio de Canillejas-San blas mejor que si hubiera hecho un video. Porque volví a las calles de mi barrio, a mi adolescencia y a mi juventud. Porque David sabe como nadie los cánones del género y los utiliza en la trama de forma magistral.

Benegas, de Francisco José Jurado

Porque crea un personaje inolvidable en las calles de una Córdoba casi desconocida literariamente. Porque a mitad de novela el lector se pregunta si el autor sabe lo que se trae entre manos o se ha perdido. Porque al final de la novela, el lector acaba reconociendo que el autor no se había perdido para nada, más bien al contrario.

Matar y guardar la ropa, de Carlos Salem

Porque cuando la leí me convencí de que estaba ante algo totalmente nuevo en Literatura. Porque, como dijo Fernando Marías, Salem es un género en sí mismo. Porque creí que no era posible aunar en un mismo libro género negro, surrealismo y humor.

He puesto seis en vez de cinco, Carlos. Pero lo cierto es que las reglas están para romperlas, ¿o no?

martes, 14 de diciembre de 2010

El oficio de escritor (II), de Paco Gómez

Escritor es todo aquel que escribe, esté o no publicado, y trate el género que trate. Conozco a escritores que escriben reseñas, artículos, poemas, relatos, novelas e incluso buenísimas tesis doctorales o brillantes sentencias judiciales. Ahora bien, una cosa es ser buen escritor y otra buen novelista. A veces las dos cosas coinciden, pero no siempre. Basta echar una ojeada a los estantes de las librerías, abarrotadas de buenísimas y pésimas novelas, mezcladas, compartiendo espacios y anhelos de los más diversos lectores, para comprobar que no es oro todo lo que reluce.

Lo que más nos venden las editoriales son las novelas, de variopintos géneros. Por eso, no es extraño que muchísimos escritores se hayan refugiado en la novela como forma de dar una salida comercial a sus escritos. Pero no son novelistas, porque no saben construirlas.

Una novela siempre debe comenzar con un planteamiento que ajuste al lector, en donde se centren paisajes, personajes y las primeras situaciones. Esto se puede hacer de varias formas y en disparejas voces narrativas; a través de diálogos o a través de disertaciones del narrador; se puede empezar con hechos del pasado o del futuro; y lo más importante, se debe hacer de forma amena para atrapar la atención del lector. En cualquiera de los casos, una vez cubierta la función del planteamiento, este debe servir para trazar un puente que parezca que el lector vaya cruzando sin demasiado esfuerzo. Este puente va desde el principio hasta el giro, en el que el lector debe aterrizar con una sola inquietud: seguir leyendo. Hasta aquí, deben haber aparecido los personajes principales y secundarios y debe haberse mostrado en mayor o menor medida la trama y las tramas paralelas o subtramas. La narración puede haber sido enriquecida con diálogos, sucesos, una carta, un diario o diversos hechos relevantes acaecidos a los personajes. Llegados al giro, el novelista debe pensar cómo ir cerrando las tramas. Hay trucos, aunque no conviene abusar. Por ejemplo, se puede distraer la atención del lector llevándola hacia un punto que en nada va a tener que ver con la resolución de la novela, aunque aparentemente parezca lo contrario.

Desde el giro o nudo, el novelista debe trazar otro puente, con más pendiente si cabe, para que el lector haga un viaje vertiginoso hasta el desenlace. Cualquier otra estructura no es una novela, será otra cosa, escrita, probablemente, por un escritor genial, pero no por un novelista genial, ni siquiera por un novelista del montón.

El lector de novela es muy exigente, quiere que le cuenten una historia, quiere viajar y convivir con los personajes y las situaciones. Cualquier cosa distinta de esta hace que la novela sea cerrada y abandonada en una estantería para siempre con una promesa: no volver a leer nada de ese autor.

Sería bueno que editoriales y librerías dejaran de colar “con calzador” bajo la etiqueta de “novelas” a escritos que son meras reflexiones, meras divagaciones de, en algunos casos, excelentes escritores, pero que a la vez son pésimos novelistas.

sábado, 11 de diciembre de 2010

El círculo alquímico, de Paco Gómez

Bueno, pues ya tenemos portada y contraportada. No sé si salgo muy favorecido en la fotografía, pero es mi cara. Me temo que no tengo otra. Desde la editorial me dicen que que ya la han metido en imprenta y que para final de mes estará en las librerías. Me falta saber la fecha concreta para concretar las presentaciones. Me temo que ahora empieza otra fase del trabajo: dar a conocer el fruto de tantas y tantas horas sentado frente al ordenador. Creo que al final el libro va a quedar chulo. Y si tenéis que hacer regalos para las navis... pues eso.

¿Y de qué va la cosa? Pues la cosa va de que aparece un fresco en la Catedral de Toledo al acometer las obras de restauración de la capilla de San Ildefonso. El Arzobispado pide un técnico a la UNED para dirigir la restauración. Aparece Carlos, que se entusiasma por la labor aun a pesar de perder sus vacaciones, que iba a pasar con su hermana Marta, que trabaja en Alemania, en Madrid. Marta aparece con su compañera Reham, una alemana de padre árabe que trabaja como jefa del departamento del Historia del Arte del un colegio mayor en Berlín. Ella acaba totalmente fascinada por el cuadro. Al equipo se incorpora John, un detective privado, que dice representar los intereses de un cliente aficionado al Arte. En realidad, su jefe es un mafioso de la principal familia de Nueva York, Michael Luchessi, como digo, mafioso, pero también coleccionista de Arte y... algo más. John se enamora de Reham, y viceversa. A partir de aquí, las intenciones de John cambian. Hay otro personaje, llamado Boris Vasílievich, enigmático, que se aparece regularmente a varios de los personajes haciéndoles vivir experiencias increíbles. El fresco de Toledo lleva a algunos personajes a hacer un viaje hasta El Cairo, pasando por Jerusalén en un círculo que vuelve a cerrarse en Toledo. Al final del libro, los mismos hechos afectarán a los personajes de una manera totalmente diferente. Lo que está claro es que los acontecimientos cambiarán las vidas de todos y cada uno de ellos.

Espero que argumento os haya intrigado. Yo he puesto en él todo mi cariño.

martes, 7 de diciembre de 2010

El círculo alquímico, de Paco Gómez

Hay que ver el trabajo que da una novela. No solo es escribirla, que tiene tela. Luego vienen las labores de corrección que, en primera instancia hago yo mismo. Aún así, es bueno que otra persona te la revise. Es importante, no solo que sea filólogo, sino que además sea un lector de novela habitual, ya que así te corrige las faltas y los errores de trama y argumento. En mi caso, es mi amigo Juanjo García quien me hace estas labores. No obstante, después de que Juanjo deje el texto casi niquelado, le doy la novela a mi amigo Manolo Peña, filólogo y empedernido lector. Siguen saliendo errores. Nunca podré agradecerles la ayuda que me prestan.

Cuando ya parece que tienes la novela en condiciones de ser presentada a una editorial, empieza la labor de vender tu producto. No se puede enviar el manuscrito a una editorial que no te lo ha solicitado. Es entonces cuando vienen las cartas de presentación. No todas las editoriales a las que mandas el manuscrito te responden. Otras, te envían una carta diciendo que tu novela es buena pero que no encaja con su línea editorial.

A través de mi agente, conseguí un contrato para mi primera novela con una editorial grande. Han pasado tres años y medio desde entonces y sigo sin tener noticias. Empecé a mover la segunda, “El círculo alquímico”, hasta que un día la editorial Ledoria me contestó diciéndome que estaba interesada en mi manuscrito. Esto fue a principios de año. Hace un mes se pusieron en contacto conmigo y me dijeron que pensaban sacar la novela a finales de año. Han ido cumpliendo los plazos. Me mandaron la novela ya maquetada hace quince días y comencé el proceso de revisión. A pesar de las sucesivas correcciones, todavía saqué errores. Les envié las revisiones y ahora me han enviado la maqueta definitiva corregida. Pero el caso es que hay que hacer otra revisión, y en eso estoy. Ya me han enviado la portada que os ofrezco en primicia. Y les he enviado sinopsis y fotografía.

Siguen empeñados en sacar la novela a finales de mes. Y yo por mi cuenta me estoy trabajando la presentación en Madrid, aunque habrá otra en Toledo (estas son las oficiales). Espero contar para la presentación en Madrid con mi amigo, el escritor Pedro de Paz, que gentilmente se ha ofrecido para ello. Ya le he pasado el manuscrito. Y también espero que mi amiga Virtudes Reza, la mejor poeta que hay en estos momentos, me acompañe en el evento, ya que me ha hecho un prólogo impagable.

Así que estoy hasta arriba de trabajo, pero si todo sale bien, merecerá la pena.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Presentación de “Pistola y cuchillo”, de Montero Glez, en hotel Kafka, por Paco Gómez

Hotel Kafka es otro de los espacios que hacen que Madrid siga siendo literario. Es aulario de diversos talleres, librería y sala de eventos diversos. Además, allí se bebe y se fuma, como antaño, aunque solo sea hasta después de las campanadas de Nochevieja del presente año por obra y gracia de la afición a las prohibiciones de este Gobierno que seguimos padeciendo con resignación..., amén.

Llegué pronto porque me gusta observar. Y allí estaba Monterito, de pie, con la sonrisa puesta y un purillo en su boca sonriente. Se le notaba contento. No era de extrañar. Fue cuando me dirigí a despojarme de la chupa: de una breve mirada al respetable caí en la cuenta de que todo el público estaba compuesto única y exclusivamente por féminas; mujeres adolescentes, jóvenes y maduras que miraban embelesadas al escritor y escuchaban sus alternativas pláticas con lectoras que ya acudían para que Montero les dedicara su ejemplar. Ahí estaba el maestro, derrochando simpatía mientras mordisqueaba su purillo, dándole a la pluma en pose torera; ataviado con camisa, vaqueros, bufanda de rayas rojas, blancas y azules y calcetines a juego. Y con un abrigo azul oscuro de paño de los que llevaban antes los marinos, aunque, al igual que Jesús Marchamalo posteriormente, ahí me equivoqué. Porque Jesús comenzó la entrevista piropeando a Montero precisamente por su abrigo marinero. El escritor le dijo que no llevaba un abrigo de marinero sino de maricón, haciendo hincapié en el término, ya que según él estaba hasta los mismísimos de escuchar el eufemismo “gay”.

Como quedaba una media hora para que empezara el acto, aproveché para dar un garbeo y merodear los anaqueles repletos de libros de Hotel Kafka. Me hice con mi ejemplar de “Pistola y cuchillo”, pero no pude evitar comprarme “Sangre a borbotones”, del maestro Rafa Reig, del que supe esa misma tarde que se había hecho con el Premio Tusquets de Novela. Y como al lado estaba “Mala suerte”, pues la agregué al lote, ya que su autor, Juan Aparicio Belmonte, además de tener un apellido la mar de torero, es un tío que me cae estupendamente y tenía ganas de leerlo.

Solo faltaban unos minutos para que empezara la presentación cuando tomé acomodo en la primera fila, en la silla en la que había dejado mi chupa. Estaba cacharreando con el móvil cuando escuché un “hola, Paco” característico. Antes de levantar la cabeza supe que ante mí tenía el rostro de Carlos Salem. Le saludé y le di la enhorabuena, a lo que me contestó que por qué.

-Pues por el Premio París Noir, Carlos, que no te había visto desde antes –repliqué.

-Ah, sí, gracias –dijo con ese aire suyo despistado tan característico-, pero que sepas que no tiene dotación económica.

-Pero tiene mucho prestigio.

-Eso sí, mira.

Me confesó que, a pesar de habérselo pasado estupendamente, estaba cansado. Y que lo que más le gustaría es estar en casa sentado sin viajar al menos durante seis meses, escribiendo y descansando. Asentí mientras pensaba que Carlos es un personaje inquieto viajando y sin viajar. No en vano ese mismo día me había avisado por Facebook de que pone en marcha un ciclo de recitales de poemas y microrrelatros en “Los diablos azules”.

El acto dio comienzo un poco más tarde de lo previsto. La sala estaba a rebosar, con gente (a esas alturas también hombres) que observaba de pie desde los sitios más inverosímiles. Como ya mencioné antes, la cosa empezó con la anécdota del abrigo, pero Marchamalo no se vino abajo. Llevaba unos folios con apuntes de los que tomaba las preguntas que realizaría durante toda la entrevista al escritor, que le miraba con ese brillo característico en sus ojos a través de volutas de humo. Y entre el humo de su puro empezó a vomitar palabras que flotaron entre los asistentes como si fueran compases extraídos de la guitarra de Tomatito. Porque “Pistola y cuchillo” habla de Camarón de la Isla sin ser biografía. Es nada más y nada menos una novela en la que Montero ha convertido a la leyenda de la isla de San Fernando en personaje protagonista de un libro que se gestó en su lugar de nacimiento, concretamente en la Venta Vargas. Nos explicó el escritor que tuvo la suerte de seguir al cantaor por los escenarios durante buena parte de su carrera y que, si bien no tuvo excesiva relación personal con él, tiene grabado en su memoria los breves encuentros que mantuvo con el que todos los gitanos consideran un rey, en especial, un “buenas noches” que aún retumba en su alma por la forma que tuvo de dárselas Camarón. Se refirió Montero a las andanzas del cantaor por la Venta Vargas, anécdotas que el propio escritor ha ido recogiendo a través de relatos orales en la propia venta, haciendo referencia a aquel famoso encuentro de Camarón de la isla con Manolo Caracol en el que todos se dieron cuenta de que se había producido el relevo.

Marchamalo leyó unas frases del libro especialmente lúcidas que calificó de poéticas. Pero Montero Glez se encargó de dejar bien claro de que él no es poeta. Me encantó escuchar verbalizado en boca del escritor lo que yo mismo pienso: que la Poesía es un arte mayor y que los poetas son los verdaderos literatos al ser capaces de plasmar en pocas y bellas palabras una historia, mientras que los novelistas necesitan muchísimas páginas para contar un relato.

Todos sabemos que Montero Glez, además de escritor, es un provocador nato. Y nos hizo reír en más de una ocasión con sus comentarios jocosos que él parecía emitir en serio. Por ejemplo, nos contó que vive alquilado y que no tiene coche ni posesiones de valor y que, para la edad que tiene, ya no le merece la pena aspirar a conseguir nada. La sala volvió a llenarse de carcajadas cuando nos explicó que Madrid no le permite lo mismo que le consiente Chiclana: pasear y meterse para el cinto sesudas novelas y ensayos costosos de digerir. Nos contó que le han dado dos avisos en Facebook y que al tercero le echan. Uno por decir tacos y otro por criticar al Papa. Así que ahora es un usuario recatado de la “herramienta neoliberal”, así la definió, pero que sin embargo la considera útil y, por tanto, ya ha aprendido a usarla. Vamos, que a él no le echan.

El escritor nos dijo que la novela no es la más comercial pero que es la mejor que ha escrito y que se le recordará por ella. La edición ha estado a cargo de Mario Muchnik, como todas las de sus libros y la publicación la ha hecho “El Aleph Editores”.

Al término del acto, le dije mi nombre para la dedicatoria. «Hombre, Paco Gómez el de Facebook» -dijo ante este sorprendido admirador.

En las postrimerías del evento me saludó mi buen amigo Miguel Baquero, colega blogger con el que estuve charlando, mientras tomábamos una cerveza, de escritores que no nos gustan. Me presentó a un amigo periodista de cuyo nombre no logro acordarme, gracias a mi crónico despiste, que se unió por unos momentos a la tertulia. También andaba por allí Juan Aparicio Belmonte, que me saludó amablemente, como siempre, y claro, aproveché para que me dedicara “Mala suerte”. Miguel quiso presentarme a Montero, ya que él y el escritor han sido compañeros de estudios de bachillerato, pero la cosa no se dio porque el autor anduvo muy ocupado, como era lógico. Pero yo me conformé con haber charlado brevemente con él, con llevarme un buen puñado de sensaciones y con traerme para casa mi dedicatoria: “Pistola y cuchillo, dedicado a Paco Gómez por Montero Glez, con gratitud y cariño. Vino al Hotel Kafka el primero de Diciembre del 2010 a pesar del frío”.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

BLUESMORGAN, por Virtudes Reza

La figura de José “Morgan” no deja indiferente al que lo conoce. Un tipo sencillo, humilde, con sentido de humor, amigo entrañable. Es un genio lleno de acordes: los que existen y los que él reinventa a su antojo. Ofrece y regala lo mejor de sí en cada actuación ante el gran público y ante los que tenemos el privilegio de escucharlo más cercanamente.
Morgan es uno de los grandes y eso no me lo va a negar nadie, y si es así, es que no lo han visto en acción, por lo que sentiría lástima de ausencia por ellos, ya que la vida se ve de otra forma a través de su universo musical. Podría decir muchas cosas de él que lo definen como virtuoso de la música, como se decía antes. Yo me atrevo a decir que es un ingeniero de acordes, ya que su creatividad llega más allá de lo razonable. Sus punteos son combinados con un sentido lógico para sus manos que saben lo que deben hacer a la perfección. Su digitación vuela sutilmente por el mástil, acariciando el camino a seguir. Sus acordes dibujan senderos auditivos que resucitan sensaciones olvidadas o nunca vividas.

Lleva la música a las manos directamente desde el corazón. A cada movimiento denota su extremada sensibilidad rebosante y sus ojos acompañan cada acorde e iluminan su rostro redescubriéndose a sí mismo cada vez que está cerca de una guitarra. Es como si su alma escapara para abrazar las curvas hechiceras y cada acorde adornado de encaje de punteos forma un remolino envolvente que anula los sentidos terrenales haciendo viajar hacia otro plano.
El destino quiso que el sur supiera de él. Nos lo trajo el levante desde tierras alicantinas y al final de la ruta 66 que marca su vida, sobre su Harley-Davidson imaginaria y su Fender, escapa de la realidad que todos conocemos.
Compositor de sueños melódicos, “Bluesman” empedernido, hace de su pasión la de todos hipnotizando hasta el aire circundante. Ha tocado con grandes de la música, que él nunca menciona, ni falta que le hace.
Morgan, un aventurero de la vida y un encantador de serpientes humanas, convierte la guitarra en su vida y, al mismo tiempo, transforma su vida en una guitarra llena de escalas dibujando caminos de futuro en una simbiosis perfecta.



BLUESMORGAN RUTA 66

Aunque no exista guitarra,
los acordes salen de tus manos,
igual que las palabras,
como caricias a la piel suave,
como el aire que flota,
sin viento hostil,
como susurro en noches de silencio.
Melodías del corazón,
en acordes de miradas acompasadas.
Aunque no exista lluvia fresca,
lágrimas sinceras en ojos del pasado,
cálido presente abrigado de recuerdos,
en la melodía de un amor presente.
Aunque no exista guitarra,
la voz que dibuja la ilusión,
se desliza por mástiles imaginarios,
llenos de locura,
divina locura.
Y la voz dibuja sílabas encadenadas,
no dichas,
antes que hable la garganta de cuerdas.