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miércoles, 1 de diciembre de 2010

BLUESMORGAN, por Virtudes Reza

La figura de José “Morgan” no deja indiferente al que lo conoce. Un tipo sencillo, humilde, con sentido de humor, amigo entrañable. Es un genio lleno de acordes: los que existen y los que él reinventa a su antojo. Ofrece y regala lo mejor de sí en cada actuación ante el gran público y ante los que tenemos el privilegio de escucharlo más cercanamente.
Morgan es uno de los grandes y eso no me lo va a negar nadie, y si es así, es que no lo han visto en acción, por lo que sentiría lástima de ausencia por ellos, ya que la vida se ve de otra forma a través de su universo musical. Podría decir muchas cosas de él que lo definen como virtuoso de la música, como se decía antes. Yo me atrevo a decir que es un ingeniero de acordes, ya que su creatividad llega más allá de lo razonable. Sus punteos son combinados con un sentido lógico para sus manos que saben lo que deben hacer a la perfección. Su digitación vuela sutilmente por el mástil, acariciando el camino a seguir. Sus acordes dibujan senderos auditivos que resucitan sensaciones olvidadas o nunca vividas.

Lleva la música a las manos directamente desde el corazón. A cada movimiento denota su extremada sensibilidad rebosante y sus ojos acompañan cada acorde e iluminan su rostro redescubriéndose a sí mismo cada vez que está cerca de una guitarra. Es como si su alma escapara para abrazar las curvas hechiceras y cada acorde adornado de encaje de punteos forma un remolino envolvente que anula los sentidos terrenales haciendo viajar hacia otro plano.
El destino quiso que el sur supiera de él. Nos lo trajo el levante desde tierras alicantinas y al final de la ruta 66 que marca su vida, sobre su Harley-Davidson imaginaria y su Fender, escapa de la realidad que todos conocemos.
Compositor de sueños melódicos, “Bluesman” empedernido, hace de su pasión la de todos hipnotizando hasta el aire circundante. Ha tocado con grandes de la música, que él nunca menciona, ni falta que le hace.
Morgan, un aventurero de la vida y un encantador de serpientes humanas, convierte la guitarra en su vida y, al mismo tiempo, transforma su vida en una guitarra llena de escalas dibujando caminos de futuro en una simbiosis perfecta.



BLUESMORGAN RUTA 66

Aunque no exista guitarra,
los acordes salen de tus manos,
igual que las palabras,
como caricias a la piel suave,
como el aire que flota,
sin viento hostil,
como susurro en noches de silencio.
Melodías del corazón,
en acordes de miradas acompasadas.
Aunque no exista lluvia fresca,
lágrimas sinceras en ojos del pasado,
cálido presente abrigado de recuerdos,
en la melodía de un amor presente.
Aunque no exista guitarra,
la voz que dibuja la ilusión,
se desliza por mástiles imaginarios,
llenos de locura,
divina locura.
Y la voz dibuja sílabas encadenadas,
no dichas,
antes que hable la garganta de cuerdas.

2 comentarios:

Mariola dijo...

Amiga, Creo que no se podria definir mejor lo que se siente cuando "El Morgan" empieza a acariciar las cuerdas de su guitarra.
Es un gran musico, y una persona genial. tu que lo tienes mas cerca dale un abrazo de mi parte.
gracias por tu post

Paco Gómez Escribano dijo...

Desde luego, cuánto talento junto en una misma mujer. Felicidades, Maestra.