Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
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viernes, 25 de mayo de 2012

Ser novelista, por Paco Gómez


Siempre lo dije, ser novelista es un oficio, como lo puede ser ejercer la fontanería o la abogacía. Un oficio quizá de lo más maravilloso, por cómo hace sentirse al escritor. Ya no es solo crear, que también, sino el proceso de documentación, establecimiento y resolución de tramas, caracterización de personajes, etc.
Para ser novelista hay que poseer imaginación, dominar el lenguaje y, a ser posible, tener un trabajo estable con jornada intensiva que te deje tiempo para escribir. Lo digo porque mucha gente tiene la idea equivocada que de esto se puede vivir a las primeras de cambio. Son pocos los que lo consiguen y a veces la calidad literaria no es que importe mucho. No olvidemos que las editoriales venden “un producto”, y que en ocasiones más vale ser resultón que guapo.
En mi opinión, para afrontar la escritura de una novela, el presunto novelista debe ser un lector voraz, haber devorado una ingente cantidad de novelas, para tener las suficientes referencias antes de ponerse a escribir. Aun así, seguramente, su primera obra será una auténtica mierda, con perdón, aunque existen excepciones de novelistas primerizos que atesoran un talento innato. Creo que es importante tener una historia en la cabeza, haberla ido trabajando mentalmente mientras uno se toma una cerveza o camina por el parque. Tener claros los personajes, los escenarios, y sobre todo el principio y el final. Lo de en medio importa menos, ya irá saliendo, pero tenemos que tener claro hacia dónde vamos.
La estructura típica de una novela debe ser el esquema planteamiento-nudo-desenlace. Además, toda historia debe tener un conflicto. Como bien me lo explicara un día mi buen amigo y maestro Juan Madrid el conflicto nace de lo siguiente: “Alguien quiere algo; algo o alguien se lo impide”. Bajo esta premisa, es más que probable que tengamos una historia, independientemente del género en la que podamos encuadrar nuestra novela.
El planteamiento es la presentación de nuestra historia al lector: la trama principal y las secundarias, los escenarios y los personajes. No es que deba de haber tramas secundarias obligatoriamente, pero suelen enriquecer la novela, sobre todo si estas se relacionan de alguna manera con la principal. Al lector le suele gustar ubicarse, por lo que es importante trazar lo que yo llamo el mapa geográfico de la historia, ya sea este real o ficticio. Los personajes han de tener fuerza. El escritor debe tener la suficiente habilidad como para caracterizarlos, radiografiarlos, pero sin cansar al lector. La caracterización de los personajes se suele hacer a través de los diálogos, a través de la voz del narrador o relatando sus acciones. Los hay principales y secundarios. Hay escritores que lo tienen muy claro desde el principio. Otros, sin embargo, no hacen planes. En mi caso, me hago unos esquemas mentales e intento ponerlos sobre el folio. Pero a veces me ha ocurrido que personajes que en un principio eran protagonistas, han ido perdiendo fuerza, tomando el protagonismo algunos de los que en principio no lo iban a tener.
En toda novela debe haber un nudo, que es la madre del cordero del conflicto. Si María va a por el pan, pongamos por caso, lo compra y vuelve a su casa, no hay historia. La historia surge si María no vuelve, sea cual sea el motivo para su no retorno. Independientemente del conflicto, toda novela necesita un giro, o varios. El giro, acelera la historia y mantiene la motivación del lector. Algunos autores solucionan lo del giro añadiendo un personaje que tiene mucha fuerza, dando un nuevo ímpetu a la trama. Otros, sencillamente plasman un hecho que el lector no imaginaba que iba a ocurrir ni por asomo, con lo cual la historia gana en dinamismo y ofrece nuevas perspectivas.
Muchos escritores fallan en el desenlace o final. Esto ocurre tanto en cine como en las novelas. Da igual si el final es abierto (en donde es el lector quien decide en función de sus gustos) o cerrado (aquel en el que el autor no da opción al lector). Cualquier opción de final es lícita siempre y cuando se cierren las tramas adecuadamente con un desenlace creíble y si es posible inesperado.
Podríamos seguir teorizando, pero no os quiero aburrir. Insisto en que ser novelista es un oficio para el que se requieren ciertas habilidades que son difíciles de adquirir, aunque bien es cierto que últimamente han proliferado los talleres de escritura, siempre provechosos. Hay catedráticos de Literatura y filólogos que dominan el lenguaje y la teoría, pero no todos tienen la habilidad de escribir una novela, algunos de ellos ya lo intentaron. Pero no se trata de erudición. No olvidemos que hace siglos, los que iban contando historias por los pueblos no eran precisamente los más ilustrados.
Para terminar, diré algo para los que empiezan. Escribid para divertiros si tenéis la vocación, sin pensar en si os van a publicar o no, eso vendrá luego, sin pensar en haceros ricos o en obtener algún dinero de lo que escribís. Si llega, mejor que mejor, pero ese no debe ser el objetivo. Los designios del destino son inescrutables. Hay autores famosos que conservan con cariño veinte o treinta cartas de rechazo de una novela que después fue best seller, de la misma forma que hay quien da el pelotazo a las primeras de cambio. Pero lo normal es que esto sea una carrera de obstáculos larga. Preparaos para pasar horas solos, sin más compañía que el boli y un folio o un ordenador. Y lo más importante, no os creáis escritores buenísimos, eso no ayuda nada en el proceso de creación y os creará frustraciones si no conseguís publicar. Tampoco os derrumbéis por una mala crítica y si lo hacéis, levantaos y continuad. Escribid teniendo siempre presente que es mucho lo que os queda por aprender, aunque cosechéis un éxito importante con vuestras novelas. Yo siempre me repito el mismo mantra: “No somos na…”.

jueves, 17 de mayo de 2012

Vaivén de Blanca Flores, por Virtudes Reza

Hace tiempo que quiero dedicarle unas palabras al Vaivén de Blanca Flores desde mi percepción no formal de sus versos.
Desde el mes de diciembre, tengo el Vaivén en mis manos y no me sorprende viniendo de Blanca, que a cada nuevo repaso de sus versos disfrute más y más. Unos versos para buscar ese desahogo vital que a veces necesita de máscara de oxígeno. La lectura de sus versos sanan el alma como la autora muy bien dice en su  poema "No me pidas que silencie mi voz", como tampoco tiene precio su voz. Una voz que canta constantemente y da gracias a la vida.
Vaivén es la espera en el camino de la vida. La espera de situaciones amatorias y amistosas radicales, deseables de cambio, llegando a  pintar con pinceladas suaves, que el amor y la amistad habitan en nosotros mismos. En la espera del cambio conviven el enfrentamiento de los sentimientos, el descubrimiento, la esperanza de continuar andando sin ser una marioneta, la referencia solitaria de la soledad, el acompañamiento de nosotros mismos. En Vaivén aprenderemos a despertar de lo irreal de sueños propios en la impotencia de vivir en otros sueños que no son nuestros.
“Procurando que la razón/me haga comprender/lo que el corazón no puede” del poema "Borrador"; “Ya está bien y se acabó/estar de más otro rato” del poema  "Setenta y un años de Antonio Machado";”Podré aligerar el equipaje/soltar lastre y mis bártulos/dejar en la cuneta hasta los recuerdos/pero no me pidas el silencio”  del poema "No me pidas que silencie mi voz" muestran el desamor callado y gritado ahora entre aires de libertad. Es el canto agotado de una voz que ha sido apagada   y que ahora viaja desde el abandono melancólico del amor al desenfreno controlado recuperando la identidad perdida.
Con Vaivén he subido montañas con pendientes asfixiantes a 50 grados de temperatura y he bajado con suaves copos de nieve acariciando mi espalda.  Con Vaivén he estado tomando el sol en una isla salvaje y he reposado en mi cama mirando las estrellas del dormitorio.
Vaivén es el viaje de la vida, lleno de maravillosos planos contrapuestos, donde lo oculto se hace patente y la realidad se vuelve opaca. En este viaje Blanca está bien acompañada, en su aderezo justo, con imágenes de Paco Rocha.
En su dedicatoria , entre otras,  yace una sentencia significativa: " A todos y todas los que me permiten ser y volar a mi manera". Así es Blanca, una golondrina que añora el nido de la vida bajo el concepto de la libertad, haciendo cabriolas en el cielo de lo terrenal, buscando arañar la injusticia para darle toques de felicidad.
Vaivén es una carta abierta  llena de poesía y postales firmadas por el amor, el desamor y la esperanza.
"¿Qué más puede ofrecer una mujer?... Si de veras me buscas, me encontrarás"  ( Vagabundear, JM Serrat ). Así es Blanca, si de verdad la buscas, ella siempre está ahí...en el vaivén de la vida.

martes, 8 de mayo de 2012

Reseña de "El círculo alquímico", por Carlos Erice Azanza, autor de "Beautiful Rhodesia"

Lo confieso. Hace muchos, muchísimos años, fui un friki de las novelas esotéricas. Devoraba a toda pastilla cualquier libro que tuviera que ver con templarios, santos griales, conspiraciones vaticanas y mensajes ocultos en pirámides o cuadros misteriosos. Recuerdo, por ejemplo, cuánto me enganché de adolescente a Philipp Vandenberg y La conjura sixtina o, incluso a El péndulo de Foucault de Umberto Eco.

Hasta que llegó el boom del decepcionante Dan Brown con El Código Da Vinci y me alejé del género, yo pensaba que para siempre.

Pero como la tentación vive ahí arriba, o ahí fuera, no he sabido resistirme a catar
El círculo alquímico, de mi colega de editorial Paco Gómez Escribano.

Tal cual.


Y he flipao. Empecé a leerlo en una de estas
tardes lluviosotorrenciales de abril y me ha reconciliado con el género, sí, sí, como lo leéis. Aunque este círculo es mucho más que esoterismo, mucho más. Paco te lleva de viaje, de Berlín a Toledo, a Jerusalén, a Estados Unidos y a El Cairo. Y te hace viajar también en el tiempo a través de una novela negra, incluso de espionaje, narrada con un ritmo trepidante forjado en sus diálogos y en la acción constante. De paso, además, me ha refrescado lo poco que recordaba de aquellas chulísimas clases de Historia del Arte de COU, con sus catedrales, sus frescos y sus pintores manieristas.

Paco fumando, como casi todos sus personajes

No contento con eso, El círculo alquímico dibuja una galería amplia de personajes, de entre los que me quedo con ese enigmático Boris Vasílievich y con los curas de todos los credos, uno de los cuales es navarro, como no podría ser de otra forma.

Pues eso, que Paco sí que vale y amenaza con otra novela para junio, también en
Editorial Ledoria, creo.

Ganas tengo.


Lo malo de Paco es que es merengón. Y, por si fuera poco, también del Athletic.


Es que no somos na.



Sobre el autor de la reseña:

Mi foto
Carlos Erice Azanza
Nací en Pamplona, en Iruñea, en 1971. Estudié Ciencias Económicas y Empresariales, me licencié y, tras residir algunos años en Sevilla, regresé a mi ciudad natal para atrincherarme en la calle más famosa del mundo, la Estafeta. Mi vocación por la ficción arrancó hace unos pocos años, tras más de doce dedicado a la redacción de apasionantes manuales de formación, de procedimiento, informes y memorias, hobby al que me sigo entregando hoy con entusiasmo. Soy autor de 'Beautiful Rhodesia', novela ganadora del III Certamen López Torrijos, publicada por Ledoria. Y también, contra todo pronóstico, he obtenido premios en unos cuantos certámenes de relatos, como el Paso del Estrecho, el de Relato Breve del Ayuntamiento de Pamplona o el MostrARTEnavarra.
 
Su novela "Beautiful Rhodesia":
 
Beautiful Rhodesia

miércoles, 2 de mayo de 2012

La que nos espera..., por Paco Gómez.

Lo de la crisis no agrada a nadie, desde luego. Pero también me desagrada que nos tomen por tontos, que nos digan que hemos gastado más de lo que hemos ganado y que por tanto nos toca a la gente del pueblo pagar el pato. Lo cierto es que España en 2007 tenía superávit, es decir, ingresaba más dinero del que gastaba. Luego vino el crack de las hipotecas americanas y el desplome de la banca europea. Fueron los gobiernos los que metieron en la banca no solo el dinero del que disponían, el nuestro, sino que se endeudaron para seguir inyectándoles liquidez.

Lo cierto es que si usted tiene una hipoteca, da igual el banco, quizás lo que no sepa es que adeuda el dinero que le prestó ese banco a un especulador que vive en Holanda, pongamos por caso, y cuyo domicilio fiscal está en un paraíso..., fiscal. Este especulador, al igual que otros muchos, han comprado su hipoteca y las de muchos otros trabajadores, a quienes ahora bajan sus sueldos o incluso despiden, una vez que despedir se ha abaratado merced a la nueva reforma laboral.

A partir de ese momento, gente sin escrúpulos que se forra a su costa jugando al Monopoly, se dedican a engrandecer sus fortunas pidiendo créditos al BCE al 1% y comprando deuda a los países “pringaos” como el nuestro, que les reporta un interés del 6%. Y todo eso sin moverse de los sillones de sus mansiones, ya que cuentan con cohortes privadas de brokers y agentes de bolsa.
Los gobiernos europeos han ido cayendo tras sucesivas elecciones. Pero lo cierto es que los nuevos se han dedicado a poner de manifiesto su miseria moral, gobernando a golpe de decreto, como en las más rancias dictaduras, recortando en Sanidad y Educación, metiendo mano a los funcionarios y mermando el poder adquisitivo de nuestros mayores a través de sus pensiones o a través del copago sanitario.

A la situación española no han ayudado nuestros políticos, enrocados en una amalgama de instituciones (estado, autonomías, diputaciones, ayuntamientos...) muy bien diseñadas para su propio regodeo, una mera forma de adquirir riqueza y solucionarse sus vidas y las de sus hijos, familiares y amigos, amparados por una ley electoral injusta. Si bien no podemos hablar de corrupción generalizada, los cargos en los que se instalan les proporciona un modus vivendi muy próximo a la estafa continuada a los ciudadanos. Y cuando pillan a alguno con las manos en la masa, sus caros abogados y el sistema penal les ampara. Lo realmente curioso, digno de un estudio sociológico, es que la gente los sigue votando.
A todo esto hay que añadir el inmovilismo popular, el conformismo de obreros y parados que hacen el don Tancredo ejerciendo un pasotismo físico e intelectual que serían dignos de otro estudio sociológico. Celebramos en mayo cotas de paro históricas, desahucios en masa, bajadas de sueldo, copago sanitario, recortes nunca vistos en educación. Y aun así, la gente aguanta. Es más, han dado mayoría absoluta a un partido que sabíamos que iba a hacer lo que está haciendo, quedando como segunda fuerza política otro partido que es muy culpable de la situación que vivimos ahora. Increíble.

Apenas ha habido una huelga general de un día, efímera como el más efímero de los cometas. Y una huelga descafeinada en Madrid por parte de los profesores, de un día o dos a la semana, hasta que acabó desinflándose. Todavía se oyen las carcajadas de la Presidenta de nuestra comunidad por la calle Alcalá. Como respuesta, se ha elevado la ratio en secundaria hasta 40 alumnos, que veremos el guapo que le echa cojones a dar clase en estas condiciones. Por si faltaba algo, reducen las becas de manera escalofriante, volviendo a los tiempos de que quienes estudiaban eran solo los hijos de los ricos. No hablemos de investigación, porque me da la risa. Ni de las privatizaciones, que han llegado a Sanidad y llegarán a Educación.

Decía un experto el otro día, que empezaremos a ver una lucecita quizá en 2016 y eso si no pasa nada, comparando la situación actual a los prolegómenos de las dos grandes guerras. Esperaremos e iremos a trabajar aunque estemos enfermos, ya que la mayoría no podemos permitirnos que nos paguen la mitad si nos damos de baja, caso de los funcionarios. A veces pienso que tenemos lo que nos merecemos. La que nos espera...