Soledad (a un amigo), del poemario
Últimas Palabras
Soledad huye de mis venas,
soledad huye de mi sangre,
que son gotas secas,
soledad huye de mis poros,
piel muerta,
soledad huye de mí,
en los fantasmas de mis recuerdos,
en los fantasmas de mis vivencias,
en los fantasmas de mi vida.
Soledad huye de mis fantasmas,
huye del último segundo,
en el que estoy viva,
o quizás muerta,
inconsciencia pura,
de un plano que no abandono,
en calles de un sur,
que llora despacio.
Soledad huye de mi cuerpo,
huye de mis manos,
de mi piel,
velatorio de sentimientos,
metáfora de la existencia.
Soledad huye de mis sueños,
de mis sombras,
de mi jardín sin luz,
de mi almacén de pensamientos.
¡Soledad huye!
Y no dejes aromas de recuerdos.
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