A veces una novela no tiene que estar publicada por una gran editorial para que tenga una relativa trascendencia. Las noticias vuelan y los posts de los blogs (sí, esas bitácoras que tanto parecen molestar a más de uno) se multiplican. Fue así como me enteré que
Otro día la vi a la venta en la librería “Traficantes de sueños”, cuando fui a una conferencia de Paco Ignacio Taibo II. Tuve la oportunidad de conocer a José Ramón en una mesa redonda en
La novela entra por los ojos incluso a quien no haya escuchado hablar de ella por dos motivos: la portada, que está muy bien conseguida y el título, dos factores muy importantes a la hora de presentar una novela en los anaqueles de una librería.
Me sumergí en sus páginas sentado en uno de los bancos públicos del Retiro y no paré hasta llegar a casa. Al día siguiente estaba más que terminada y me dejó con un regusto agradable y con la sensación de haber descubierto a un gran autor de género negro. La historia se ubica en el año 1925 en Ciudad Real, aproximadamente en la misma época en
La novela no es lineal y transcurre entre la actualidad y hechos pasados, unidos por repetidos flashbacks (por utilizar el término cinematográfico, más conocido por todos) que van dando robustez a la trama. El autor construye a los personajes a través de episodios de su pasado, en los que no faltan traumas de todo tipo que conforman sus personalidades actuales. Son personajes atormentados por unas cosas u otras y esos traumas justifican perfectamente sus comportamientos en la trama. José Ramón caracteriza a los personajes de manera magistral, lo que me temo que es consecuencia de la praxis que se deriva de la profesión del autor,
El homenaje a Plinio se palpa en la aparición de un policía de Tomelloso que se interesa por el crimen a instancias de un personaje secundario. No interviene directamente en ningún capítulo, sólo un par de veces, aunque una de ellas, en la parte final, resulta determinante. Para mantener la expectación, José Ramón, nos ofrece a un culpable del crimen en la persona de un secundario, que se autoinculpa y cuya versión resulta verosímil para el lector que, por unos momentos, destierra de su mente a los que, desde el principio, el protagonista considera culpables. Pero en “Réquiem por la bailarina de una caja de música” las cosas no son lo que parecen, y al final se produce un vuelco que puede ser intuido, pero desde luego no de la forma magistral en que nos lo presenta el autor.
Por tanto, la novela es altamente recomendable ya no sólo por el fondo, sino porque el autor escribe estupendamente, de forma directa y sencilla y con los tintes poéticos muy similares a los que emplea González Ledesma para describir a los personajes marginales de sus novelas. Sus 189 páginas son una peregrinación hacia la resolución de un crimen que hacen que el viaje de su lectura sea corto por ameno, interesante y decididamente placentero.
Una vez más, una editorial modesta apuesta por un autor inédito. Y acierta de pleno. Enhorabuena al autor y al editor.
José Ramón Gómez Cabezas (Ciudad Real, 1971) es psicólogo. Desde hace algunos años combina su actividad profesional en una asociación atendiendo a niños afectados por TDAH con una intensa labor como colaborador de distintas publicaciones dedicadas al género negro.
Sus reseñas y artículos han sido difundidos a través de revistas consagradas a la literatura policial, desde la prestigiosa
Su afán por la escritura le ha llevado a participar en la mayor parte de los eventos literarios que se desarrollan en nuestro país, desde
En la actualidad ejerce la presidencia de
“Réquiem por la bailarina de una caja de música” es la primera de una serie de novelas que tienen como nexo común el misterio y la investigación apegados a una tierra, la suya, Ciudad Real.
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