Sé que me amarás,
sé que te amaré,
más allá de los límites de la tierra,
aunque los silencios de la piedra,
fluyan entre flores que se marchitan.
En el rincón de los poetas,
donde escribo estos versos,
en el rincón de la abadía de Westminster,
donde la brisa del aire,
mece palabras que ya no serán escritas,
y el oxígeno atrae batallas perdidas,
en este rincón mágico,
de vibraciones ocultas a la mortalidad,
y eternos susurros,
que viajarán para ser recuperados dentro de mil años.
sé que te amaré,
más allá de los límites de la tierra,
aunque los silencios de la piedra,
fluyan entre flores que se marchitan.
En el rincón de los poetas,
donde escribo estos versos,
en el rincón de la abadía de Westminster,
donde la brisa del aire,
mece palabras que ya no serán escritas,
y el oxígeno atrae batallas perdidas,
en este rincón mágico,
de vibraciones ocultas a la mortalidad,
y eternos susurros,
que viajarán para ser recuperados dentro de mil años.
Sé que me amas,
sé que te amo,
entre lozas esculpidas,
de talento escrito,
de pensamiento escrito,
y aún vivo de memoria,
esperanza de energía transformada,
de otro tiempo,
buscado en este presente,
en este plano,
donde leyendas fueron vidas,
y vidas fueron leyendas.
Sé que el amor no muere,
el amor crece,
y será enterrado,
y será quemado,
y será olvidado por todos,
pero el amor nunca olvidará,
el amor que se siente,
en este rincón romántico.
Sé que me amas,
sé que te amo,
ante las conmemoraciones de Lord Byron y Lewis Carrol,
donde las princesas,
serán princesas para siempre,
donde la memoria será de otros,
y otros nos vean,
y otros nos lean,
y otros nos recuerden,
lo que fuimos,
lo que vivimos,
lo que dijimos.
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