En mi barrio, el fracaso está en cada esquina,
la tristeza florece por cada calle,
la esperanza se esconde por las rendijas,
de un asfalto que cruje a cada pisada,
que asesina sin tregua cada suspiro,
y levanta aromas de rosas de espinas.
En mi barrio, la ternura está en cada esquina,
porque la tragedia evoca recuerdos,
de una niñez que un día fue limpia,
pura e ingenua como la lluvia,
solícita y tierna como la mía,
hasta que la amargura mató la esperanza.
En mi barrio, la duda está en cada esquina,
porque no se vislumbra el horizonte,
por mucho que se desee salir,
por mucho que quieras sentir,
la lucha genera inquina,
para poder resistir.
En mi barrio, la amistad está en cada esquina,
porque el fracaso une,
y te da la sabiduría,
para poder decidir,
el camino que has de tomar,
para resistir el día.
En mi barrio, el amor está en cada esquina,
debajo de una farola del parque,
donde dos yonkis se abrazan,
porque no hay nada a lo que aferrarse,
salvo a la esperanza dormida
que generan las dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario