Prisionera de una cárcel,
con barrotes de hilos tejidos,
por los brazos del destino,
en calendarios con cinturones oscuros,
del beso robado,
en el cumplir encomendado.
Prisionera de por vida,
hipotecando la felicidad,
que la misma vida otorga,
negando la realidad,
adentrando en el bosque perdido,
razones que pierden la razón,
donde el corazón manda.
Prisionera de mentiras,
en la condena anunciada,
de una muerte agonizante,
partiendo el contacto,
con la verdad de lo ansiado.
Prisionera de la vida,
en la visión del dolor,
que no tiene fin,
en traiciones consentidas,
por las grietas del pulso amargo.
Prisionera del tiempo,
el tren sin estación de partida,
en la hora que se pierde,
como se pierde el llanto,
la risa,
el encanto,
el desencanto,
como se pierde la vida,
primaveras que van pasando,
en los años que van pasando,
en la mirada atrás,
de alguien que espera,
en el mañana de alguien que espera,
en la vida que aguarda,
en los rezos olvidados,
para que vuelva a salir el sol,
de la vida que va pasando.
con barrotes de hilos tejidos,
por los brazos del destino,
en calendarios con cinturones oscuros,
del beso robado,
en el cumplir encomendado.
Prisionera de por vida,
hipotecando la felicidad,
que la misma vida otorga,
negando la realidad,
adentrando en el bosque perdido,
razones que pierden la razón,
donde el corazón manda.
Prisionera de mentiras,
en la condena anunciada,
de una muerte agonizante,
partiendo el contacto,
con la verdad de lo ansiado.
Prisionera de la vida,
en la visión del dolor,
que no tiene fin,
en traiciones consentidas,
por las grietas del pulso amargo.
Prisionera del tiempo,
el tren sin estación de partida,
en la hora que se pierde,
como se pierde el llanto,
la risa,
el encanto,
el desencanto,
como se pierde la vida,
primaveras que van pasando,
en los años que van pasando,
en la mirada atrás,
de alguien que espera,
en el mañana de alguien que espera,
en la vida que aguarda,
en los rezos olvidados,
para que vuelva a salir el sol,
de la vida que va pasando.
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