Páginas
sábado, 13 de agosto de 2011
Mi banco del parque (3), por Paco Gómez
Anoche contemplé la luna llena sentado en un banco del parque mientras fumaba un cigarrillo. Me gusta ese banco porque la farola está fundida y puedo observar sin ser visto. No había nadie por los alrededores, salvo mi nostalgia y un buen ramillete de pensamientos aleatorios que emanaban de mi cabeza. Pienso, como todos, me gusta reflexionar, pero mientras los demás lo hacen para obtener conclusiones, yo nunca llego a ninguna, raramente tomo decisiones basadas en mis reflexiones. Cavilo, sí, pero es porque no sé dejar la mente en blanco, ya me gustaría. Lo más parecido es mirar a esa luna todas las noches, desde ese banco. Si cuando llego a él cada noche no hay nadie sentado, la cosa va bien. Y realmente, nunca hay nadie. Es como si ese banco y yo estuviésemos jodidamente unidos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario