Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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miércoles, 2 de mayo de 2012

La que nos espera..., por Paco Gómez.

Lo de la crisis no agrada a nadie, desde luego. Pero también me desagrada que nos tomen por tontos, que nos digan que hemos gastado más de lo que hemos ganado y que por tanto nos toca a la gente del pueblo pagar el pato. Lo cierto es que España en 2007 tenía superávit, es decir, ingresaba más dinero del que gastaba. Luego vino el crack de las hipotecas americanas y el desplome de la banca europea. Fueron los gobiernos los que metieron en la banca no solo el dinero del que disponían, el nuestro, sino que se endeudaron para seguir inyectándoles liquidez.

Lo cierto es que si usted tiene una hipoteca, da igual el banco, quizás lo que no sepa es que adeuda el dinero que le prestó ese banco a un especulador que vive en Holanda, pongamos por caso, y cuyo domicilio fiscal está en un paraíso..., fiscal. Este especulador, al igual que otros muchos, han comprado su hipoteca y las de muchos otros trabajadores, a quienes ahora bajan sus sueldos o incluso despiden, una vez que despedir se ha abaratado merced a la nueva reforma laboral.

A partir de ese momento, gente sin escrúpulos que se forra a su costa jugando al Monopoly, se dedican a engrandecer sus fortunas pidiendo créditos al BCE al 1% y comprando deuda a los países “pringaos” como el nuestro, que les reporta un interés del 6%. Y todo eso sin moverse de los sillones de sus mansiones, ya que cuentan con cohortes privadas de brokers y agentes de bolsa.
Los gobiernos europeos han ido cayendo tras sucesivas elecciones. Pero lo cierto es que los nuevos se han dedicado a poner de manifiesto su miseria moral, gobernando a golpe de decreto, como en las más rancias dictaduras, recortando en Sanidad y Educación, metiendo mano a los funcionarios y mermando el poder adquisitivo de nuestros mayores a través de sus pensiones o a través del copago sanitario.

A la situación española no han ayudado nuestros políticos, enrocados en una amalgama de instituciones (estado, autonomías, diputaciones, ayuntamientos...) muy bien diseñadas para su propio regodeo, una mera forma de adquirir riqueza y solucionarse sus vidas y las de sus hijos, familiares y amigos, amparados por una ley electoral injusta. Si bien no podemos hablar de corrupción generalizada, los cargos en los que se instalan les proporciona un modus vivendi muy próximo a la estafa continuada a los ciudadanos. Y cuando pillan a alguno con las manos en la masa, sus caros abogados y el sistema penal les ampara. Lo realmente curioso, digno de un estudio sociológico, es que la gente los sigue votando.
A todo esto hay que añadir el inmovilismo popular, el conformismo de obreros y parados que hacen el don Tancredo ejerciendo un pasotismo físico e intelectual que serían dignos de otro estudio sociológico. Celebramos en mayo cotas de paro históricas, desahucios en masa, bajadas de sueldo, copago sanitario, recortes nunca vistos en educación. Y aun así, la gente aguanta. Es más, han dado mayoría absoluta a un partido que sabíamos que iba a hacer lo que está haciendo, quedando como segunda fuerza política otro partido que es muy culpable de la situación que vivimos ahora. Increíble.

Apenas ha habido una huelga general de un día, efímera como el más efímero de los cometas. Y una huelga descafeinada en Madrid por parte de los profesores, de un día o dos a la semana, hasta que acabó desinflándose. Todavía se oyen las carcajadas de la Presidenta de nuestra comunidad por la calle Alcalá. Como respuesta, se ha elevado la ratio en secundaria hasta 40 alumnos, que veremos el guapo que le echa cojones a dar clase en estas condiciones. Por si faltaba algo, reducen las becas de manera escalofriante, volviendo a los tiempos de que quienes estudiaban eran solo los hijos de los ricos. No hablemos de investigación, porque me da la risa. Ni de las privatizaciones, que han llegado a Sanidad y llegarán a Educación.

Decía un experto el otro día, que empezaremos a ver una lucecita quizá en 2016 y eso si no pasa nada, comparando la situación actual a los prolegómenos de las dos grandes guerras. Esperaremos e iremos a trabajar aunque estemos enfermos, ya que la mayoría no podemos permitirnos que nos paguen la mitad si nos damos de baja, caso de los funcionarios. A veces pienso que tenemos lo que nos merecemos. La que nos espera...

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece q nos espera...
...lo q ya sembramos...
hala! a encomendarnos a los santos!
trébol