Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
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martes, 23 de marzo de 2010

El cuerpo del delito, de Paco Gómez

El inspector Antonio Parras, de homicidios, entró en el edificio en ruinas que había sido el matadero dando una patada a los tablones que había en el hueco de una de las puertas de entrada. Casi se cae por el impulso de la patada, un esfuerzo muy superior al necesario para romper unos tablones medio podridos. Uno de los confidentes habituales le había dicho que muchas prostitutas utilizaban el antiguo matadero como picadero, así se ahorraban la habitación. El sitio era cutre, estaba sucio y olía a orines. El inspector no se hacía a la idea de cómo alguien podía realizar allí actos sexuales. Pero, claro, la prostitución de la zona tampoco era de lujo, los clientes no eran precisamente ricos. A veces ni siquiera tenían un trabajo.

Avanzó temiéndose lo peor. Hacía dos días que nadie veía a Laura. Había objetos por todos los lados, algunos inverosímiles. El inspector tuvo cuidado de no pisar ninguna jeringuilla. Después de recorrer la planta baja subió una altura más. Había transcurrido media hora cuando el inspector se topó con un zapato rojo de tacón. Unos minutos después vio un pie desnudo asomando por debajo de una puerta que había en el suelo. La apartó y contempló la espalda desnuda de una mujer. El espectáculo no era agradable. El cuerpo de la chica estaba desnudo y presentaba mordeduras que presuntamente serían de las ratas que habitaban el edificio. Extrajo unos guantes de látex de su bolsillo, se enfundó las manos y dio la vuelta al cuerpo. Las cuencas de los ojos estaban vacías. Por más que se fijó, la chica no presentaba ningún orificio de bala ni de arma blanca. La causa de la muerte estaba más que clara. Después de un leve reconocimiento advirtió que la tráquea de Laura estaba rota. El cabrón que hubiera hecho eso la había apretado el cuello con todas sus fuerzas.

Sacó su cámara digital de alta resolución y realizó algunas fotos. Laura le observaba con la mirada vacía. Y vacía estaba su alma también de sentimientos, única forma de realizar su trabajo sin enloquecer.

Al cabo de quince minutos llamó a la central. Después se sentó en una caja de madera cochambrosa a unos diez metros del cadáver y se encendió un cigarrillo. En breves instantes aquello estaría lleno de pasmas y de forenses, momento en el que él se retiraría a emborracharse, una vez más, en el silencio y en la penumbra del salón de su diminuto apartamento.

sábado, 20 de marzo de 2010

Premios de novela desiertos, de Paco Gómez

El V Premio Bruguera de Novela fue declarado desierto. Con un total de 334 manuscritos recibidos, el escritor Félix de Azúa, en calidad de jurado único, no creyó que ninguna de las 334 novelas tuviera el nivel suficiente como para alzarse con el galardón. Curioso y difícil de creer. En principio, creo que un premio de una editorial histórica como es Bruguera debería de tener un jurado compuesto por varias personas que representasen dignamente el ámbito de la Literatura y la Cultura, no un escritor solo, que no creo ni por asomo que se haya leído él solito los 334 manuscritos.

Cuando un escritor manda su novela a un premio lo que está haciendo es entregar su trabajo de meses cuando no de años. Luego están las bases de cada premio, que a veces piden el manuscrito hasta por quintuplicado, lo que quiere decir, que el escritor se tiene que gastar una pasta en la impresión, la encuadernación y el envío. Y lo que es más importante, la ilusión con la que ese escritor envía su obra para intentar ganar el premio y verla publicada. Por eso creo que, en este caso, Bruguera, con la complicidad del señor Félix de Azúa, ha jugado con los sentimientos y las ilusiones de todos los participantes. Es imposible que entre 334 manuscritos no haya un buen puñado de ellos con la suficiente calidad.

Pero no ha sido solamente Bruguera la que ha declarado su premio desierto, con lo que me empiezo a preguntar si no habrá algún interés oculto en no dar el galardón a nadie. También se han declarado desiertos el XXV premio de novela “Benito Pérez Armas”, el II Premio Internacional de Novela “Las Dos Orillas” (con 700 ejemplares presentados), el VII premio de novela Pastor Díaz de Viveiro, el VIII Premio Letras de Novela (con 104 manuscritos presentados) y la IV edición del Premio Tusquets de Novela (con 427 obras presentadas).

Digo yo que más valdría que si no tienen dinero para pagar el premio, para publicar la obra, o sencillamente, si no les viene bien, más valdría que no convocaran el premio, más que nada para no jugar con las ilusiones de tantas y tantas personas.

Y digo yo, que también convendría que se hiciera una lista de cuáles son los premios que están dados de antemano y cuáles no. Así, los escritores noveles no andarían perdiendo el tiempo.

jueves, 18 de marzo de 2010

Ya está bien, de Paco Gómez

Hay veces en que al acostarme por la noche caigo en una especie de optimismo antropológico. Sí, el mismo en el que permanentemente está instalado nuestro Presidente del Gobierno. Pero al levantarme por la mañana y escuchar la radio y leer la prensa, vuelvo a instalarme en el pesimismo cotidiano, empujado por la categoría y el nivel de nuestros políticos.

Ayer, Bibiana Aído, titular del Ministerio de Igualdad, nos regaló su enésima “perla”. Y lo hizo en el Senado, en una jornada amparada en el lema “Universidad e Igualdad”. Y claro, allí que se presentó nuestra ministra con su insultante juventud para serlo y con su insultante torpeza, habitual, por otra parte. Su falta de juicio hace que constantemente tenga que estar desmintiendo y matizando sus salidas de tono. La culpable no es ella, adalid del aborto indiscriminado, sino quien la puso ahí y la mantiene obstinadamente al frente de ese ministerio que nos cuesta un riñón a los españoles.

Resulta que Bibiana, al parecer, en un ataque de progresía incontenible, dijo que “es el momento en que la igualdad, los estudios de género y la tradición intelectual e histórica del feminismo tienen que ocupar un lugar en la formación troncal de los estudiantes". Esto, señora ministra, o señorita, o lo que sea, en cualquier caso “miembra” de este gobierno de pacotilla, es pedir que los universitarios estudien una asignatura común en la que aprendan los principales conceptos que aborda el feminismo, por mucho que lo haya desmentido usted al mediodía, dándose cuenta de la metedura de pata y habiendo leído la prensa, en donde la han llamado a usted de todo menos bonita. Lógico, ya está bien de tonterías.

Señores políticos, sería conveniente que dejaran de cargarse la educación. Y que cada vez que se les ocurra a ustedes un tema, por extravagante que sea, como por ejemplo educación vial, ciudadanía y ahora feminismo, dejen de intentar meterlo con calzador en la escuela. Las escuelas deberían dar Matemáticas, Lengua, etc. Asignaturas a las que ustedes están restando horas para impartir chorradas.

Yo ya me canso de predicar en el desierto. Esto de los políticos es como lo del villancico: “Sale uno, salen dos, salen tres y salen cuatro, pero…”. En el villancico salen borrachos. En la política de este país salen tontos o listillos corruptos. Ya está bien.

martes, 16 de marzo de 2010

Presentación de "El asedio" en Madrid, de Paco Gómez

El pasado lunes 15 de marzo, el Teatro Español, enclavado en la madrileña Plaza de Santa Ana, fue el escenario escogido por Alfaguara para presentar “El asedio”, la última novela deD. Arturo Pérez-Reverte. Tuve la suerte de estar hace unos años en el Teatro Falla con mis alumnos en la presentación, ante cientos de jóvenes estudiantes de institutos de Secundaria de la provincia de Cádiz, de su novela “Cabo Trafalgar”. Disfruté tanto en aquella presentación que no dudé ni por un instante acudir el lunes al Teatro Español.

El acto estaba programado para las ocho de la tarde y la entrada era libre hasta completar aforo. Fui previsor y aparecí por la Plaza de Santa Ana a las seis y media. Ya había unas ochenta personas haciendo cola, así que me puse a la misma. Me aburren las colas, pero por lo menos el lunes disfrutamos en Madrid de sol y buena temperatura, algo insólito después del frío que ha hecho y de las constantes lluvias. Y para la espera, nada mejor que la lectura que, en este caso, como no podía ser de otra forma, era “El asedio”, cuyas 725 páginas me dejaron las muñecas un poco..., digamos cansadas.

Cuando abrieron las puertas la cola era inmensa. No sé si entrarían todos, pero el teatro estaba lleno, tanto el patio de butacas como los palcos.

Entre los asistentes al acto, cupo destacar entre otras la presencia de Javier Marías, amigo de Reverte y, como él, columnista, novelista y Académico de la Lengua, aunque había muchas más personalidades. El acto empezó con unas palabras de una señora que debía ser de la editorial, pues habló del autor y de su novela. A continuación, el actor Ginés García Millán leyó diversos pasajes de “El asedio”. Y al término de su intervención, entre aplausos del público salieron al escenario el periodista Juan Ramón Lucas, conductor del acto, y el propio Pérez-Reverte, ambos aplaudiendo al unísono con el público.

El evento fue una conversación entre el periodista y el autor. Éste empezó diciendo que la que se presentaba era quizá su novela más ambiciosa y en la que íbamos a reconocer a todas las anteriores. Una novela que transcurre durante el asedio francés a Cádiz en 1811, aunque el objetivo de la misma, no es narrar ese asedio, eso ya lo ha contado Galdós y muy bien, ha dicho en más de una ocasión D. Arturo. Ese asedio es el telón de fondo sobre el que transcurre la historia, compuesta por varias tramas, muchas subtramas y muchos personajes, media docena de principales y bastantes secundarios. Podríamos decir que hay una trama policíaca, otra de espionaje, una trama sentimental entre una mujer burguesa y un corsario, una trama de aventuras, una trama científica, bastantes desafíos en los que entran el ajedrez, la taxidermia, la balística y la artillería. En definitiva, quizá sea el libro más complejo de Pérez-Reverte; desde luego es el más voluminoso.

Hizo el autor una descripción para situar la novela en el periodo histórico correspondiente, un periodo protagonizado por una ciudad liberal, la Cádiz del siglo XIX que, debido a la Guerra de la Independencia, albergaba la sede de la Regencia y las Cortes. Liberal por abierta ya que en ella en aquel momento se hablaban todos los idiomas europeos. Y por el comercio con las colonias, que reportaba beneficios, que se traducían en prosperidad y bienestar. Decía Reverte que habría sido fantástico que Cádiz hubiera contagiado al resto de España. Pero que ocurrió al revés y España perdió la oportunidad de haberse desarrollado como país liberal, al igual que Francia o Inglaterra. Decía también el autor, que en este país siempre nos equivocamos a la hora de elegir a las víctimas. Y sacó a relucir la guillotina para afirmar que si se hubieran cortado las cabezas de Fernando VII y Carlos IV, las de unos cuantos aristócratas y las de unos cuantos clérigos, habríamos tenido ese país añorado por el autor, más parecido a las democracias europeas.

Habló Reverte también de la labor de documentación, la cual le ha acarreado mucho trabajo, aunque yo creo que no tanto debido a que él es ya todo un experto en Historia de España, sobre todo del período que transcurre entre los siglos XVII, XVIII y XIX. Maneja como nadie los términos de la marinería de la época. Quizá lo que más trabajo le haya dado, como el mismo dijo, haya sido el estudio de la taxidermia, oficio de uno de los principales personajes que además es espía, y la investigación para hablar de balística, así como el trabajo para documentarse en artillería.

Reverte plantea como desafío, según sus palabras, el que el lector llegue a identificarse totalmente con Rogelio Tizón, uno de sus personajes principales. Es un policía corrupto, oscuro, torturador y violador que, sin embargo, es el encargado de investigar los crímenes de las muchachas que aparecen muertas y salvajemente torturadas. Los lectores que había por allí y que ya han leído la novela daban fe de que el escritor lo consigue.

Juan Ramón Lucas interpeló al novelista al respecto de la consecución de hacer una novela tan compleja. Pérez-Reverte nos obsequió con una disertación en la que nos explicó lo que significa ser un escritor que escribe novela y que yo ya he oído en diversas ocasiones a otros escritores de éxito. Aseguró que si bien la escritura surge como consecuencia de la creación y del talento del escritor, ésta tiene mucho de oficio y de trucos del escritor para liar y enganchar al lector. Y que él, como consecuencia de llevar muchos años en esto, domina el oficio. Recalcó que el lenguaje es sólo una herramienta para narrar una historia y que se debe aplicar en cada contexto narrativo con la correspondiente habilidad.

Tras una hora de conversación entre el presentador y el escritor vinieron las firmas. Tardé casi cuarenta minutos en que me firmara mi ejemplar y cuando abandoné el teatro había todavía una cola que iba desde el escenario hasta la puerta de salida. No quiero terminar esta crónica sin resaltar la simpatía y la amabilidad del novelista, siempre con una sonrisa en su rostro. A cada lector que subía al escenario para la firma de su ejemplar le decía algo, le saludaba y se hacía una foto si así se lo requerían, cosa que se agradece, porque no sé a qué hora saldría de allí este hombre con la cola que había.

Después de lo de ayer, si no era yo ya lo suficientemente partidario de D. Arturo Pérez-Reverte, por sus novelas, sus artículos y su forma de ser, admiro todavía más a este hombre que además es académico de la Real Academia de la Lengua Española. Continuaré leyendo “El asedio”, pero ahora con mi ejemplar firmado. Y lo mejor que me ha podido pasar, tras llevar leídas ciento veinticinco páginas, es saber que me quedan todavía seiscientas, o lo que es lo mismo, muchas horas de placer y de disfrute de esta gran novela.

sábado, 13 de marzo de 2010

Educación demagógica, de Paco Gómez

Esta mañana escuchaba el enésimo programa de radio típico de sábado por la mañana. Hablan de cualquier tema. Esta mañana tocaba hablar de Educación. La cosa pintaba mal pues, si se quiere hacer un programa serio, debes invitar a expertos de todos los bandos. En este programa, los “expertos” eran una profesora de instituto perteneciente a un sindicato de enseñanza y una psicopedagoga. Ambas favorables a la LODE-LOGSE-LOE.

Me ha dado la impresión, por cómo pensaba, de que la profesora era una liberada sindical, de lo contrario no se entiende que hablara como hablaba de las bondades del Sistema Educativo, pero a lo mejor me equivoco y la profesora hasta da clase (habría que ver dónde).

En cuanto a la psicopedagoga pertenecía claramente a esos teóricos de la Educación empeñados en imponer sistemas de enseñanza en los que la práctica se encarga de corroborar que son imposibles de implementar. Curioso este sector, el de la Enseñanza. En cualquier otro, los expertos son los practicantes de ese sector. Quien entiende de carpintería son los carpinteros y los que saben de arquitectura son los arquitectos. En la enseñanza no ocurre esto. Según los sucesivos gobiernos quienes entienden de Educación son los pedagogos (que no han puesto un pie nunca en un aula) y no los profesores. Por eso les encargó a ellos las reformas educativas que han llevado al Sistema Educativo español al desastre y a los últimos puestos de todos los informes internacionales.

Esto no tiene arreglo, porque los gobiernos, bien sean del PSOE o del PP, siguen rodeándose de las personas que han hecho las reformas. A esas personas les parecen tan perfectas las pautas sobre las que se sustenta nuestra Educación que no piensan ni por un momento que fallan, con lo cual, siguen recomendando a los políticos legislar en esa dirección y creyendo que el fallo está en los profesores o en cualquier otro factor, cuando lo cierto es que las reformas no funcionan porque están basadas en premisas falsas. Ni todos los niños son iguales, ni la integración es la mejor manera de enseñar, ni las clases deben ser democráticas. No hay otra forma de aprender que no sea que el profesor lleve el timón de las clases, que éste enseñe y que el alumno preste atención, se esfuerce, asimile y aprenda. Lo demás es demagogia barata y caminar por la senda equivocada. Bastante nos está costando ya y, de seguir por esta vía, pasaremos a ser los últimos en los informes Pisa y similares. Y los ministros y sus cohortes de pedagogos-demagogos seguirán mirándose el ombligo, eso sí, ensimismados en su verborragia.

viernes, 12 de marzo de 2010

Sin palabras, de Paco Gómez

«Si la muerte es inevitable, ¿no habrá sido preferible así?»

de su obra ‘Señora de rojo sobre fondo gris’

Adiós, maestro.

martes, 9 de marzo de 2010

Giro, de Paco Gómez

No cabía duda, el pueblo costero gaditano ejercía en Paco verano tras verano el efecto terapéutico esperado. Después de trabajar todo el año, tenía que acudir allí y dedicarse a no hacer nada, a prescindir de horarios, a contemplar las montañas, a oír el susurro del oleaje, a tomar el café con los parroquianos. Y tenía que hacerlo solo. No sabía a ciencia cierta de qué manera había desarrollado ese instinto que le hacía no sólo buscar la soledad, sino amarla y gozarla intensamente. Cada vez odiaba más el tener que mezclarse con gente. Si tenía que hacerlo, siempre acababa frustrado y maldecía en silencio el momento en que había decidido acudir a la reunión. La última había sido en su casa, antes de iniciar sus vacaciones. Invitó a una pareja a la que conocía de toda la vida y acudieron con los niños. Ya durante la cena experimentó la familiar sensación de tedio al comprobar que la estrella de la velada era la ausencia de cualquier tipo de conversación medianamente inteligente. Echó profundamente de menos a las personas que conoció tiempo atrás. Cuando al término de la cena el tiempo fue pasando y la pareja compartía juegos con los niños en un pequeño artilugio que él supuso que era una consola, se levantó, se dirigió al servicio y vomitó. Cuando volvió seguían emitiendo gruñidos e incluso se enfadaban entre ellos. Así que les echó de su casa con toda la diplomacia que fue capaz de reunir.

Acababa de cenar y mientas fumaba un cigarrillo escuchando el ruido de las olas, estaba reflexionando. ¿Sería una enfermedad sentirse feliz estando solo? Hacía ya mucho tiempo que se hacía esta pregunta. Abandonó el murmullo de la terraza y se dirigió a experimentar su rutinario paseo nocturno. Le gustaba ir de noche por esa carretera oscura, sin más luces que las de las casas lejanas, sin más ruido que el pitido de los barcos que atravesaban el Estrecho de Gibraltar. Y rezaba para que la civilización no llegara nunca allí, para que su refugio estival permaneciera siempre como hasta ahora, en estado semisalvaje. Al cabo de un buen trecho de marcha observó un bulto en la oscuridad, algo sobre el murete que bordeaba la estrecha carretera. Cuando se fijó un poco más, vio que era un hombre de espaldas que miraba en dirección a la estela luminosa proyectada por la luna sobre el mar. El hombre lloraba y su llanto era el más amargo que Paco había escuchado nunca. Se quedó tan impresionado por la circunstancia que su primera reacción fue seguir la inercia de sus pasos y, cuando se dio cuenta, había dejado la escena unos cien metros atrás. De repente sintió que no podía seguir paseando y que de alguna manera, se había contagiado de una angustia vital como nunca antes había sentido. Giró ciento ochenta grados y se fue acercando poco a poco al desconocido. Se situó a su espalda mientras pensaba que no tenía ninguna necesidad de hacer lo que iba a hacer.

-Buenas noches, amigo -dijo Paco al tiempo que el hombre dio un respingo y se volvió asustado.

-¿Quién es usted? ¿Qué quiere? -contestó el hombre con marcado acento británico.

-Perdóneme, pero sólo soy un paseante nocturno que no he podido asumir sin más lo que he visto mientras iba caminando. No quiero molestar, es más, si me dice que me vaya seguiré mi camino inmediatamente.

-No, no es eso. Es sólo que no le conozco y me ha sorprendido el sonido repentino de su voz. Ni siquiera le había visto llegar. -El extranjero había apagado sus sollozos e intentaba aparentar más dignidad de la que tenía en esos momentos.

-Entonces, permítame que me siente ¿quiere un cigarrillo? -El hombre aceptó y la llama del mechero permitió a ambos escrutar más de cerca sus rostros.

-Se está bien aquí ¿eh? Al menos a mí siempre me reconforta la mezcla de la oscuridad de la noche y el rumor de las olas. -Paco intentó iniciar la conversación intentando poner en práctica la poca sensibilidad que aún le quedaba en sus relaciones con los demás.

-Pues la verdad es que sí, -contestó el extranjero- a pesar de que la vida no tenga sentido.

-Puede que lleve razón, o puede que no. O puede que el error sea intentar explicar la vida en términos racionales. Siempre pensé que la razón es una cualidad estrictamente humana, por tanto, siendo anecdótico el género humano dentro de la diversidad animal, vegetal y mineral, ¿por qué tendría que ser acertado analizar la vida en pensamientos razonados?

-Eso es demasiado profundo amigo, aunque admito que la reflexión es original. Mire, intuyo que le he dado pena y que se ha sentado conmigo para intentar ayudarme, cosa que le honra y que le agradezco. Pero sencillamente, mi vida es un asco, algo he debido hacer mal. Me encuentro en un momento en el que no me reconozco, sólo siento angustia y una pena muy grande.

-Se equivoca amigo -dijo Paco procurando no contrariar en exceso al afligido desconocido-. No sentía ninguna pena por usted, no le conocía. Haciendo un ejercicio de sinceridad, me he sentado con usted porque he sentido la necesidad, nada más. Sin embargo, nuestra conversación hace que empiece a sentir una corriente de empatía hacia usted, inexplicable ¿verdad? Pero así es como funcionamos. Como puede ver no es nada racional, pero ahí está.

-Le agradezco sus palabras, de verdad. Pero cuando uno pierde su trabajo por cuidar a su mujer que acaba de morir de cáncer, cuando al cabo de un mes tu única hija muere en un accidente de tráfico y una semana más tarde tus padres mueren en una explosión de gas, no queda más remedio que pensar que todo esto es una mierda, y perdone la expresión -afirmó categórico el extranjero. En ese momento, a Paco sólo le resonó una palabra en el cerebro: ¡joder! ¿Qué podía decirle ahora a este hombre? ¿Que la vida sigue? ¿Que hay que olvidar? Esperaba estar a la altura de las circunstancias.

-Lo que acaba usted de decirme es tan fuerte que no se cómo no se ha quitado usted de en medio -respondió Paco intentando reforzar la valentía de su interlocutor.

-Pues está usted a punto de presenciarlo. Llevo más calmantes encima de los que mi cuerpo podrá soportar. Lo siento pero he intentado no involucrar a nadie -contestó sereno el extranjero. Paco sacó rápidamente de su bolsillo el teléfono móvil y empezó a marcar el número de emergencias. En ese momento el extranjero le quitó el teléfono, lo apagó y lo lanzó lejos.

-Pero ¿qué hace? -gritó Paco.

-Se lo ha tragado ¿verdad? -le decía el extranjero mientras le miraba ahora con una sonrisa tenebrosa y con una desconcertante ferocidad en su mirada. Paco estaba confuso.- La verdad es que le he mentido como un bellaco, amigo. Demos un giro a nuestro encuentro y escuche los hechos como yo los he percibido. He visto acercarse a un hombre en la oscuridad. Y he visto que ese hombre tiene una pena tan grande en el alma que he decidido montar un ardid para que se detuviera. Y ahora cuénteme, amigo, ¿qué diablos le ocurre a usted?

domingo, 7 de marzo de 2010

Reencarnación, de Paco Gómez

Jamás pensó que se atrevería a hacerlo, pero lo hizo. Cuando quiso darse cuenta, estaba de pie observando la grotesca escena. Era él quien pendía de la soga. Fue a la cocina, agarró un cuchillo e intentó cortar la cuerda. Al intentar levantarse a sí mismo, comprobó que no era capaz de abrazar su cuerpo. Cuando éste dejó de moverse, sintió un vertiginoso tirón que le situó en una escena mucho más extravagante. Alguien le decía que tenía que volver y al momento se sintió flotando dentro del útero de una mujer a la que conocía bien. Era su esposa.

jueves, 4 de marzo de 2010

No es normal, de Paco Gómez

No es normal que, después del invierno que llevamos de lluvias (anoche mismo llovía a cántaros), los vehículos del ayuntamiento estuvieran esta tarde regando las calles.

No es normal que en Cataluña estén debatiendo la abolición de las corridas de toros y en Madrid se declaren bien de interés cultural.

No es normal que esta misma mañana una profesora haya tenido que abandonar el aula llorando. La causa: Un alumno de 3º de la ESO no para de hacer el gamberro en clase. Es reprendido por la profesora en sucesivas ocasiones pero no hace caso. Al final, la profesora le expulsa y el alumno, no sólo se niega a abandonar el aula, sino que insulta gravemente a la maestra.

No es normal que en las cárceles la población reclusa duplique el número de plazas existente en las prisiones.

No es normal que seamos los últimos de la UE en crecimiento económico. Pero mucho menos normal es que nuestro Presidente del Gobierno y sus ministros nos digan constantemente que vamos a crecer, cuando las previsiones más optimistas hablan de un crecimiento de décimas en 2011. Nos toman por tontos y a lo mejor lo somos por votarlos. La última: 82.000 parados más en febrero.

No es normal la cifra de fracaso escolar, en crecimiento año tras año. Y cada Gobierno, legislatura tras legislatura, estropeando cada vez más el Sistema Educativo.

No es normal que pidas una cita con un médico especialista y tengas que esperar ocho meses hasta que te atiendan. Y no hablemos de una intervención quirúrgica.

No es normal que el suicidio sea la primera causa de muerte no natural.

No es normal el incremento de programas de telebasura mes tras mes en los que se fomenta la vulgaridad, la chabacanería y la consecución de dinero sin esfuerzo.

No es normal que haya un terremoto en Haití, otro en Chile y hoy otro en Taiwán.

No es normal que hayamos entrado en el siglo XXI con más guerras que en el XX, que ya es decir.

No es normal...

lunes, 1 de marzo de 2010

El Ministerio de Educación admite sugerencias de los ciudadanos, de Paco Gómez

El Ministerio de Educación, en una actitud que le honra, aunque ya veremos si esta iniciativa sirve para algo, ha abierto un formulario en su página web (http://www.educacion.es/pacto.html) mediante el cual los ciudadanos podemos expresar nuestra aportación al Pacto por la Educación. Anímaos a expresar vuestra opinión. Yo ya he enviado mis sugerencias:

1- Es un error que los niños vayan al instituto a los doce años. Ni están preparados ni maduros. Al llegar se encuentran con niños más mayores y ellos son los pequeños. Por tanto, yo alargaría la primaria dos años más en los que los alumnos permanecerían en su centro, en el que han estado toda su vida. Hasta aquí, la Educación debería ser gratuita y obligatoria.

2- Después, los alumnos pasarían a Formación Profesional o a Bachillerato, ambas de cuatro años y ambas gratuitas, pero no obligatorias. Tengan en cuenta que hay alumnos que a los doce años se plantan y dicen que no quieren estudiar más. Con el actual sistema, lo que les queda son cuatro años secuestrados en un instituto durante los que no van a estudiar y, como consecuencia, no van a aprobar. Este colectivo de niños son los que a diario están en las clases boicoteándolas y no permiten que los profesores avancen, lo que se traduce en que los alumnos que sí quieren estudiar no puedan hacerlo. El actual sistema, con conceptos teóricos tan bienintencionados como integración y pluralidad, margina a estos niños.

3- En cuanto a la promoción, un alumno que no aprueba no debería promocionar. Actualmente, si un alumno ya ha repetido en primer o segundo ciclo de E.S.O., promociona por imperativo legal, plantándose en el siguiente curso sin la base suficiente para hacerle frente. Lo normal es que vuelva a suspender todo. Y como se aburre en clase, generalmente se dedica a boicotearla.

4- En cuanto al Bachillerato debería haber dos caminos principales: Letras y Ciencias. Y como he mencionado antes, con una duración de cuatro años. Esto haría que fueran mucho más preparados a la Universidad. Por mucho que nos empeñemos, un tercero de E.S.O. obligatorio no puede ser igual que un primero de Bachillerato voluntario.

5- En cuanto a la F.P., tendría que haber unas asignaturas comunes. Es inconcebible que no haya asignaturas o módulos de Matemáticas o Inglés. Y ninguna, tampoco, que aporte al alumno un acercamiento al mundo cultural y una capacidad de crítica y análisis.

Y, por favor, si es necesario, que no les tiemble la mano al aplicar un Sistema Educativo común a todo el país. Creo que es una locura dejar la Educación en manos de las autonomías que hacen lo que les da la gana a la hora de legislar, llegando incluso a eliminar el castellano de las clases, privando así a los alumnos de acceder a textos escritos en un idioma que actualmente hablan 438 millones de personas.