Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

Comprar el libro Editorial Ledoria, aquí

Comprar el libro en El Corte Inglés, aquí

Puntos de venta en librerías, aquí

El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
Comprar libro en Estudio en escarlata, aquí.

Comprar libro en El Corte Inglés, aquí.


domingo, 15 de noviembre de 2009

Un día tranquilo, de Paco Gómez

Los sábados molan. Casi es como un día de diario porque no cierran los comercios pero no tengo que ir al trabajo. Me levanté y me tomé el café con mi cigarrito y estuve dos horas escribiendo mi ya cuarta novela. No me merece la pena estar más tiempo porque a partir de ahí no rindo. Así que me bajé para contemplar el barrio en plena ebullición. Me fui al bar, me pedí un café y ¡bingo!: el periódico estaba libre. Salvo por una familia súper numerosa de las de abuelos, padres, amigos de los abuelos y niños correteando, el ambiente era soportable, sólo alterado por risotadas de las susodichas abuelas y por los corrimientos de sillas de los críos ante la pasividad de los padres.

Más tarde acudí al súper para agenciarme una menestra riojana que consumí a la hora de la comida: deliciosa. Pero antes de eso me fui a otra cafetería mucho más tranquila y al parecer no descubierta por la mencionada familia de antes. Estuve cerca de una hora leyendo “La mano izquierda del diablo”, una policíaca de Paolo Roversi que el autor me dedicó en su día en la presentación que tuvo lugar en“Estudio en Escarlata”. Una buena novela no tiene que ser de una gran editorial ni de un autor conocido, es lo que le pasa a ésta. Hay que aplaudir la iniciativa de “Vía Magna” que, últimamente, está publicando muy buenas novelas policíacas de autores no conocidos.

Pues lo que decía, al subir a casa aliñé la menestra con un poco de sal y aceite, de escándalo. Luego eché las dos horas reglamentarias de siesta de sábado. Al despertar, pues lo típico, otro café y otro cigarrito. Y vuelta a escribir mi novela. Después, tomé la línea 5 del Metro con dirección a la Gran Vía con la de Roversi bajo el brazo, el Metro sigue siendo un buen lugar para leer. Había quedado con mis amigos Pilar y Jorge, algecireños, buenos médicos y mejores amigos. Habían venido a Madrid a hacer un examen y estaban que se caían de sueño. Bueno, pues de tranquis, de forma que les llevé a la calle San Bernardo a enseñarles “El paraíso del jamón” que es un museo del buen fiambre, que decimos aquí, o de las buenas chacinas, que dicen en Algeciras. El bocata de jamón de bellota acompañado por el buen Rioja que pusieron frente a mi feliz rostro, extático ante tal visión, no tiene precio. Como tampoco tuvieron desperdicio las horas que pasé charlando con mis dos buenos amigos, hábiles conversadores y dos muestras vivientes del mejor humor algecireño. Espero volver a verles pronto, quizá allá por diciembre pase por Algeciras. Echo de menos el montadito en la Brujidera, los pinchos de Lizarran, el cafelito en Montes y el airecito del Hurricane que, por cierto, es donde comienza mi cuarta novela.

No hay comentarios: