Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

Comprar el libro Editorial Ledoria, aquí

Comprar el libro en El Corte Inglés, aquí

Puntos de venta en librerías, aquí

El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
Comprar libro en Estudio en escarlata, aquí.

Comprar libro en El Corte Inglés, aquí.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Mi banco del parque (32), por Paco Gómez

Me comporto tal y como lo haría un actor interpretando una comedia de Wilder. Paso mi día mezclando e intercambiando sensaciones y sentimientos. Nadie nota la inabarcable negrura que puebla el interior de mis entrañas. No lo notan porque no les dejo que lo hagan. Y cada noche vuelvo a mi verdadero hogar, a este banco del parque donde, a pesar de lo que pueda parecer, me siento más vivo que cualquiera. Sí, vivo en un ambiente sepulcral de muertos. Enciendo un cigarrillo para notar que la soledad se acomoda a mi izquierda con una media sonrisa. La miro de soslayo durante breves segundos para, acto seguido, hundirme, resbalar más bien, por el respaldo de mi banco. Vuelve a haber tormenta, aunque en esta ocasión los relámpagos y los truenos se perciben lejanos. Hace un aire espantoso que me trae el aroma a tierra mojada, levantando el polvo y la hojarasca. Las sombras y los espectros han formado una fila, una especie de comité de bienvenida. La formación permanece quieta unos instantes y después se desvanece de manera anárquica en estallido mudo. Es como si una cuadrilla de luciérnagas chisporroteara dando bandazos sin rumbo, a la manera que lo harían unas bolas de billar sobre el tapete, pero a velocidad vertiginosa. La tormenta se acerca y mis sentimientos atraviesan mi piel para caer al suelo lentamente. Me despojo de ideas absurdas e inútiles y me invade una sensación de tristeza imponderable, de melancolía descafeinada con sabor a amargura. Caen las primeras gotas que en unos minutos se convierten en bolas de granizo que me golpean con violencia. Me siento muy vivo. Me siento tan vivo que tomo la mano de la soledad, ahora ruborizada como una adolescente. Ambos nos dejamos martillear por las esferas de hielo y experimentamos un frenesí gélido, como de otro mundo. Las sombras y los espectros nos miran impertérritos.

No hay comentarios: