Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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sábado, 4 de abril de 2009

Córdoba olvidada, de Virtudes Reza

¿Cómo puede el viento del sur olvidar?
Cómo olvidar una habitación,
que suspira de amores,
que tiembla de amores,
que se agita de amores.

Dime, ¿cómo olvidar la ribera?
Olvidar tu puente romano,
el color de tu piedra,
y la suave brisa que acarició mi pelo.

Espejismos,
de una noche esperando,
un encuentro con la voz que susurra,
con la mente que habla,
con la foto que difumina dudas,
pero dime,
¿cómo olvidar?

Espejismos,
en el Guadalquivir de mi memoria,
que llora,
que ríe de pena,
tal vez entre el alboroto de una sala que no entiende,
que no siente.
Ríe, ríe ríe,
la desgracia de no vivirte,
de no hablarte,
lo inhumano del olvido.

Momentos intensos,
entregados con la voz del corazón,
instantes verdaderos,
convertidos en cenizas,
por los fantasmas del valor,
que no entiendo,
y lloro,
y llora el molino,
y llora el que vela los sueños,
de encuentros mágicos,
y llora el llanto,
y llora la risa esperpéntica,
en el macabro río de cobro.

Momentos,
en la habitación acristalada,
en la voz que se escucha,
el pasillo del tiempo,
los kilómetros del éxtasis,
en el copo de mi capa,
en los abrazos perdidos,
por despecho de la duda,
en los besos perdidos,
por dudas malditas,
que hacen condena,
de la felicidad eterna.

Espejismos,
en el que dirán,
en el daño autoinfligido,
pero ríe,
de la desgracia ajena,
de la ajena maldad de un reflejo propio,
ríe de tu logro,
de tu abandono,
de tu desprecio.

¿Cómo olvidar?,
el abrigo de tus arcos,
el abrigo de tu calma,
el abrigo de tus brazos,
recorrer los labios del deseo,
en cada fugaz intento del recuerdo,
en la Mezquita de encuentros,
de puertas que se abren a la vida,
a un patio privado de naranjos,
donde los aromas se desatan al paso.

Llora, llora,
porque lo imposible,
es imposible en la eternidad de tu mente,
has hecho imposible,
has pensado imposible,
has recordado imposible,
has soñado imposible,
has abandonado imposible,
en tu lema imposible.

Y sigo recordando,
en tu imposible,
sólo tuyo,
el amanecer de febrero,
la luz de tus ojos,
la risa de tu rostro,
en la Puerta del Perdón,
paradoja de tu destino,
y sigo recordando,
el bosque de pasos perdidos,
el bosque de columnas que también lloran,
y el lugar santo de mi recuerdo,
el mihrab
de mi sur perdido.

Mi Al-Andalus abandonado,
espejismos que borran sin remordimiento,
la esencia de otro ser,
que existe,
en el juego macabro de tu crisis,
y sigues viviendo una vida manchada,
y yo sólo sigo recordando el alminar,
a través de mi ventana,
de una dulce habitación,
a través del cristal,
y sigo mirando la luna,
testigo de mis deseos.

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