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miércoles, 29 de abril de 2009

Arte Moderno, de Paco Gómez

Resulta paradójico o cuando menos contradictorio que se llame Arte Moderno a gran parte de las producciones artísticas creadas desde finales del siglo XIX hasta los años setenta. El peligro de acuñar denominaciones tales como “moderno” o “contemporáneo” en determinada época, entraña el peligro de que cuando pasan los años nos quedamos sin palabras a la hora de bautizar un estilo artístico, teniendo que recurrir después a prefijos como “post” o a palabras como “vanguardia”. Pero claro, se entiende la tentación de los encargados de esos bautismos cuando a principios del siglo XX surgen genios como Miró, Picasso, Dalí, Buñuel, Lorca, etc. Lo que produjeron los citados artistas era algo nunca visto, si quieren ustedes, brutal, así que, vale, “moderno”.
El Patrimonio español en cuanto a poetas, pintores, cineastas, escultores, etc., es vastísimo. Y casi siempre han sido maltratados en vida. A Lorca, por ejemplo, lo fusilaron. Lorca era un tipo genial al que el talento se le salía por las orejas. Un hombre de mundo, nacido en un país en el que el analfabetismo campaba a sus anchas. Un españolito insultantemente joven que había viajado, que había escuchado a Duke Ellington en Nueva York, que se había codeado con la intelectualidad de medio mundo, y que sin embargo amaba a su país. Véase la pena con que describe en sus poemas la situación social española del momento. Un artista, que se pudo ir de España, ya que sus mejores amigos le avisaron de la que se avecinaba, y sin embargo optó por quedarse, porque confiaba en que los necios no tuvieran nunca el poder. Se equivocó. Le mataron y quisieron enterrar junto a su cuerpo su literatura: no lo consiguieron.
Picasso y su obra, por poner otro ejemplo, eran reconocidos en todo el mundo mientras que en España se decía que pintaba monigotes. Y España, nunca llegó a tolerar del todo a otro genio: Salvador Dalí, uno de los pintores más grandes de la Historia, sin olvidar sus facetas de escultor y literato.
Todos los artistas mencionados fueron capaces de meterse en otros planos de la realidad y plasmar en lienzos, papeles, pedazos de mármol o en fotogramas lo que veían, lo que captaban, sin pasar todos esos datos por el filtro de la razón o el entendimiento. Esto fastidió mucho a los realistas y a la ortodoxia, que se preocuparon y se empecinaron en desprestigiar lo que todo el mundo alababa fuera de nuestras fronteras. Menos mal que el tiempo da y quita razones.
Por cierto, si están interesados en Dalí, que para mí es el Da Vinci del siglo XX, acaba de salir un libro: “Metamorfosis de Narciso”, editado por Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores, primera edición en español que coincide con la exposición del cuadro del artista en el museo Thyssen. Un volumen excepcional que recoge el facsímil del manuscrito y la traducción del mismo, y que el propio Dalí consideró como "el primer poema y el primer cuadro obtenidos según la aplicación integral del método paranoico-crítico". Atrévanse.

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