Lo último que hizo Virtudes, la Niña poeta, la niña de Algeciras, fue plantarse en Londres, ir de visita a la Abadía de Westminster y visitar, cómo no, el Rincón de los Poetas, yo tuve el placer de acompañarla. El mencionado rincón es una idea genial y hay que felicitar al que la concibió. Yo creo que el hecho es único, me refiero a que haya un santuario dedicado a escritores dentro de un templo cristiano. Uno va recorriendo capillas dedicadas a santos y a otros avatares y lo que menos se imagina es que va a haber una capilla dedicada a novelistas y poetas. Los ingleses son únicos, sí señor. Bueno, pues allí que nos sentamos Virtudes, la Niña poeta, la niña de Algeciras, y yo. Y esa niña que percibe, y yo que me doy cuenta, y que la veo cómo entra en trance. Y observo cómo saca su libreta y cómo empieza a escribir y me digo “ya está”. Es un espectáculo contemplar todo el proceso, ver cómo se le van ocurriendo esos versos suyos que hace, su rostro al reflexionar, sus ojos al escribir, en fin..., que la imagen estaba espléndida: la Niña rodeada de Gótico Inglés y escoltada por las placas conmemorativas de Lord Byron, D.H. Lawrence, Dylan Thomas, Henry James..., es decir, de los grandes. Toda la gracia de Algeciras en Westminster, hay que ver qué arte.

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