Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
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lunes, 2 de marzo de 2009

La Niña Poeta (III)

El estado de ánimo es fundamental a la hora de escribir, esto es una máxima que saben bien todos los escritores. O eso, o se tiene la capacidad apropiada para penetrar en ese otro plano que es la Literatura y aplicar el talento innato, con lo que, lo del estado de ánimo es secundario. Una vez escuché decir a Eric Clapton, al componer música también hay que penetrar en ese otro plano, que no se puede tocar blues si no estás hecho polvo: se equivocaba. De hecho, el genio se regeneró de sus escarceos con las drogas y el alcohol y ahora, aun siendo feliz, compone y toca blues como nadie. Y es porque tiene un talento innato y la capacidad de penetrar en la otra realidad que forman la Música y la Literatura. Como mi amiga Virtudes, la Niña Poeta, la niña de Algeciras, que el otro día me envía un poema al móvil que me dejó sobrecogido. Según la teoría de Clapton, para escribir ese poema, mi amiga debería haber estado hecha polvo, cosa incierta. Lo que si hizo es meterse en ese otro plano, ella lo hace como nadie, y escribir ese pedazo de poema: ¡Bebed, cuervos! Lo tienen ustedes en el blog de las actividades culturales del Hotel Cristina: http://talleresdelcristina.blogspot.com/.
Es brutal, crudo y desgarrador. Frases como “Bebed de mi alma, porque alma no tengo” o “bebed del corazón que entrego con las manos manchadas de amor”, sólo se le ocurren a ella y a su ingenio. Nada más leerlo supe que había sufrido mucho al componer los versos, ella misma me lo corroboró más tarde. Pero teniendo el talento de penetrar en el otro plano como ella lo tiene y transformando su estado de ánimo en un acto impecable de genialidad, no es necesario estar sufriendo todo el día sino en el momento de crear. Ella es capaz de ser feliz, de hacer un parón, de sufrir como una bestia en el proceso de creación para acabar volviendo a ser feliz y continuar pasando el día como si nada. Esa es mi amiga Virtudes, la Niña Poeta, la niña de Algeciras. Que lo mismo me hace disfrutar tomando un café que tirándome a la cara su último poema que tengo el privilegio de ser el primero en leer. Nunca la abandona la inspiración porque está viva y es curiosa, no se le escapa ni uno sólo de los detalles que le ofrece el Guionista y que, más tarde, será homenajeado en un poema. Entra, escribe y sale, tan campante. Lo de sufrir todo el día o estar en un estado determinado permanente para escribir, eso queda para los actores de la mediocridad. A ella no le hace falta. Ella es poeta y yo, su admirador número uno. Y Algeciras tiene la suerte de contarla entre sus hijas y yo tengo la suerte de ser hijo adoptivo de la ciudad con una de las bahías más hermosas del mundo. Y cuando no te conocía, Virtudes, la Niña Poeta, la niña de Algeciras, notaba la ausencia de tu sonrisa como una losa. Por eso, niña, nunca pierdas mi número de móvil.

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