Poemario NO TARDES EN VOLVER A LA CRISTALERA DEL TIEMPO, de Virtudes Reza. EDITORIAL LEDORIA

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El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero.
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domingo, 29 de marzo de 2009

La señora, de Paco Gómez

La mañana ha empezado un poco rarita. Como cada domingo, me he bajado a comprar la prensa, oigan, ni Dios por la calle, hay cosas que no cambian. Al llegar a la tienda de Alberto me he encontrado con la sorpresa de que aún no habían llegado los periódicos, a pesar de que eran las nueve. Es otra de las cosas de Algeciras. En cualquier lugar de España, uno puede comprar un periódico a las siete de la mañana; aquí no. “El cambio de hora”, me decía Alberto resignado. Total, que el reparto ha venido a las diez menos cuarto, lo que ha propiciado amena charleta con Alberto y con otro cliente en mis mismas circunstancias, que nunca está de más; el tema, el de siempre, que hay que ver lo mal que está Algeciras..., etc.
Me he ido a la cafetería de la Estación de Autobuses, que está agradable con esos pedazo de ventanales desde los que se divisa la RENFE, el Ventura Morón y la poca gente que transita la calle. Es mi momento de la semana: pido cafelito, me enciendo un pitillo y empiezo a leer. Siempre empiezo por la última página del suplemento, tengo vicio con Javier Marías, ¿saben? Total, que me las prometía yo muy felices cuando se ha plantado delante de mi una señora que me dice que si puede mirar el periódico. A punto he estado de decirle que no, la sexagenaria no me ha dado muy buen rollo: desaliñada, maleducada, desagradable..., lo que pasa es que mi educación no me permite llevar a cabo acciones de ese tipo. Sin esperar mi consentimiento, la señora ha agarrado el periódico, que parecía que le había hecho algo por cómo lo trataba y se ha puesto a pasar las páginas molestándome todo lo que podía. Pertenecía al numeroso porcentaje de población que se chupa el dedo para ojear el diario. Así que, ahí estaba ella, poniéndome el periódico perdido a salivazos y dejando la impronta de su ADN en todas las páginas. Se notaba que no lee el periódico nunca, porque buscaba la sección de deportes desde la página uno. Para evitar que me humedeciera todas las páginas, al final, le he buscado yo la sección y cuando se la mostré, la señora se puso a lanzar improperios, porque lo que le interesaba era el resultado del partido de fútbol de Suecia y no encontró la noticia. Ni las gracias, oigan. Tiró el periódico contra la mesa hecho un Cristo y se marchó por donde había venido. Cuando terminé de leer el suplemento, me puse con el periódico, pasando las páginas con las debidas precauciones, aun así, inevitablemente me he debido impregnar las yemas de mis dedos con el ADN indeseado, qué se le va a hacer. Después me he marchado, dejando el muestrario de salivazos en la mesa.La mañana ha comenzado rarita, como les decía. Menos mal que la una y media viene a recogerme Virtudes, la Niña Poeta, la niña de Algeciras, y toda la tarde con ella... Eso sí que es prometedor...

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